_
_
_
_
_

Los demócratas atacan a Bush por su aislamiento internacional

El senador Kerry afirma que EE UU "necesita tener amigos en el mundo"

La campaña electoral estadounidense que desembocará en las elecciones presidenciales de noviembre de 2004 empezó ayer. La vuelta de las vacaciones del presidente George W. Bush -en plena gira de promoción de su mensaje de recuperación económica y de promesas de crear empleo-, la reanudación de las sesiones del Congreso y la puesta en marcha de los candidatos demócratas marcan la apertura de la temporada política.

Los nueve candidatos demócratas -dos más de los que había en el otoño de 1991, cuando nadie creía que Bush padre podía ser derrotado en las urnas en 1992- tienen mañana por la noche el primero de los seis debates oficiales organizados por el partido para trata de aclarar el panorama. La revelación del verano ha sido Howard Dean, ex gobernador de Vermont, el único hasta ahora que ha ilusionado a las bases demócratas y que ha conseguido un aluvión millonario a base de pequeñas aportaciones vía Internet.

Para recuperar el terreno perdido -y las expectativas que le consideraban favorito entre los demócratas hasta hace poco-, saltó ayer a la arena el senador John Kerry. Kerry le devolvió a Bush el escenario bélico, el portaaviones en el que aterrizó el presidente para anunciar el fin de la ofensiva militar en Irak, y compareció ayer con el portaaviones Yorktown como telón de fondo y rodeado de ocho miembros de la tripulación de la patrullera que comandaba en el delta del Mekong, en Vietnam.

Al tiempo que proclamaba oficialmente su candidatura, Kerry atacó con cierta crudeza a Bush en los dos frentes abiertos, Irak y la economía: "En tiempos de desafíos necesitamos líderes que sepan cómo convertir Estados Unidos en un lugar más seguro y que sepan cómo hacer para que el país vuelva a funcionar".

Gastos de Irak

Kerry criticó también la prisa que tuvo Bush para ir a la guerra sin haber hecho planes para la posguerra y atacó el aislamiento internacional de la Casa Blanca, uno de los puntos débiles -no necesariamente contraproducente en términos electorales- de Bush: "Tenemos una política internacional en la que estamos casi solos y eso es malo para Estados Unidos. Si llego a ser presidente, jamás olvidaré que una nación tan poderosa como ésta necesita tener algunos amigos en el mundo".

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Kerry es el candidato mejor situado para criticar a Bush en política exterior y en asuntos militares, y el momento es adecuado: la preocupación por el desorden en Irak crece cada día. Importantes senadores republicanos -algunos de ellos de vuelta de una visita a Bagdad- ya han anunciado su intención de pedir explicaciones a la Casa Blanca sobre planes de seguridad, cooperación internacional y gastos. En un contexto de déficit presupuestario récord, el Gobierno debe elaborar una ley urgente para afrontar costes de "decenas de miles de millones de dólares", en palabras del coordinador civil de Estados Unidos en Irak, Paul Bremer, para que el país funcione. La situación se complica porque la política aislacionista denunciada por Kerry está dificultando mucho dos elementos importantes: la negociación en el seno de la ONU sobre una nueva resolución que permita más presencia internacional en Irak y las reuniones preparatorias de la Conferencia de Donantes, prevista en Madrid a finales de octubre. En los dos elementos hay un denominador común: los países que se enfrentaron a Estados Unidos en la guerra se resisten ahora a enviar tropas, dar cobertura política o donar dinero para la reconstrucción si no consiguen que Washington ceda parte del control absoluto que tiene en Irak.

Por el momento, y a pesar de que las complicaciones de Irak pueden tener costes electorales, el objetivo de Bush es mantener la popularidad en el nivel actual -59%- y profundizar el mensaje de una recuperación económica que no notan muchos ciudadanos, pero que la Casa Blanca asegura que está en marcha.

John Kerry recibe el aplauso de sus seguidores durante un mitin.
John Kerry recibe el aplauso de sus seguidores durante un mitin.AP

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_