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Detenido un menor acusado de matar a un obrero que le negó un cigarrillo

La víctima, de 27 años, murió tras negarse a dar un cigarrillo a su presunto asesino

Un menor de 17 años, cuyo nombre corresponde a las iniciales J. J. S., ha sido detenido por agentes de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía acusado de haber matado a tiros el pasado 25 de julio al inmigrante boliviano Raúl Enrique León Vélez, de 27 años, en unas obras de Fuencarral, según fuentes judiciales. La policía identificó desde el primer momento al supuesto asesino, gracias a los testimonios de los compañeros de la víctima. Éstos y el fallecido se negaron a darle un cigarrillo al presunto homicida, que se marchó a un poblado cercano, cogió una pistola y disparó contra León.

El crimen comenzó a gestarse sobre las cinco de la tarde del 25 de julio en unas obras de un edificio de 152 viviendas de lujo en el barrio de Las Tablas. Cuatro trabajadores de este tajo remataban la faena y se preparaban para disfrutar del fin de semana. De repente, llegó un joven "regordete y de cara morena", según un testigo, que exigió un cigarrillo a Jaime Leonardo Espinosa, un trabajador ecuatoriano, compañero de la cuadrilla del fallecido León. Espinosa se lo negó, por lo que el joven comenzó a chillar y a insultar a los trabajadores. "¡Tú, cállate, colombiano de mierda! Ahora mismo voy a por una pistola y os mato a todos!", gritó el joven.

La cuadrilla no le hizo caso, ya que jamás pudieron pensar que cumpliría sus amenazas. Mientras, Espinosa dio las llaves de su automóvil, un Fiat Tipo blanco, a León para que lo aparcara en la sombra. Cuando León acababa de subir al turismo, irrumpió el homicida, que lo confundió con Espinosa. Sin mediar palabra, empuñó la pistola y apretó el gatillo hasta cinco veces. Tres de los proyectiles alcanzaron a León: uno, en la región derecha del tórax; otro, en el costado derecho, y el tercero, en el abdomen. Además, el agresor le asestó una cuchillada en la zona izquierda del tórax. La víctima murió a los pocos minutos, pese a los esfuerzos de los médicos del Summa por reanimarlo.

Los agentes del Grupo X de Homicidios se hicieron cargo de las investigaciones. Los policías lograron identificar al supuesto autor gracias a los testimonios de los compañeros del fallecido y a los archivos fotográficos de la policía: J. J. S. Además, el supuesto homicida trabaja, según esos testimonios, como vigilante de unas obras cercanas.

Enorme parecido

Las pesquisas se centraron en un primer lugar en A. J. S, un hermano mayor del ahora detenido, de enorme parecido físico con J. J. S. El hermano mayor, que estuvo implicado en un doble homicidio registrado en Latina en mayo de 2002, aunque está en libertad, fue localizado por los agentes en Alcobendas. La policía montó el pasado lunes 28 de julio un amplio dispositivo en la zona donde vivía A. J. S., pero la falta de acuerdo entre los jueces de guardia de la capital y de Alcobendas motivó que éste se fugara. El magistrado de guardia de Alcobendas se negó a firmar la orden de entrada en el domicilio al entender que se trataba de un caso iniciado en la capital.

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Esta negativa motivó que los policías tuvieran que ir a la plaza de Castilla para solicitar la autorización pertinente. El juez de guardia de Madrid dijo que no tenía competencia para autorizar una actuación policial fuera de su partido judicial. Los policías tuvieron que regresar de nuevo a Alcobendas, con el consiguiente retraso. En esta ocasión, el magistrado de guardia sí les firmó la orden. Mientras, A. J. S. se percató de la presencia policial y, pese a encontrarse los grupos especiales de operaciones (geos), logró fugarse en su coche, según fuentes judiciales.

Los agentes tuvieron que empezar de nuevo la búsqueda, ya que A. J. S. se refugió en casas de amigos y familiares, por lo que dejó de hacer su vida rutinaria. Posteriores pesquisas permitieron esclarecer que la persona que había disparado contra León era J. J. S., según fuentes judiciales.

Poco a poco, los policías de Homicidios localizaron a J. J. S. en Fuenlabrada. El arresto, tras conseguir la pertinente autorización judicial, se produjo a principios de la semana pasada, cuando el supuesto autor salía de su domicilio. Se le acercaron varios agentes de Homicidios de paisano y le pidieron la documentación. Al verse rodeado y darse cuenta de que iba a ser detenido, salió corriendo campo a través. En su alocada huida, derribó y golpeó con dureza a dos policías, que se encuentran de baja por las lesiones que les produjo, según fuentes judiciales.

Cuando fue detenido, J. J. S. llevaba documentación falsa que demostraba que era mayor de edad. Sin embargo, comprobaciones posteriores permitieron determinar que era menor: tenía 17 años. Esto motivó que fuera puesto a disposición de la Fiscalía de Menores. Los policías también registraron el domicilio de la familia en busca del arma homicida.

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