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El gasto militar impulsa el PIB de Estados Unidos hasta el 3,1%

Enric González

El gasto del Pentágono, disparado por la guerra de Irak y la posterior ocupación del país, ha agravado aún más el déficit presupuestario, pero también ha proporcionado un fuerte estímulo a la economía estadounidense. El producto interior bruto (PIB) de Estados Unidos creció a un ritmo del 3,1% anual en el segundo semestre de este año, según los datos revisados que publicó ayer el Departamento de Comercio.

En julio, el Gobierno de Washington había estimado en un 2,4% el ritmo de crecimiento entre abril y junio. Era una aceleración significativa tras dos trimestres "anémicos", en los que la economía se expandió al 1,4%. Los analistas de Wall Street consideraron que el cálculo oficial se quedaba corto y pronosticaron que, una vez disponibles todos los datos, el alza real sería del 2,9%. El 3,1% anunciado ayer superó todas las expectativas.

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La clave del crecimiento fue el gasto militar, que aumentó un 45,9% en el segundo trimestre, frente al 44,1% que se estimaba en julio. La subida en los gastos de defensa fue la más súbita y elevada desde el tercer trimestre de 1951, cuando Estados Unidos combatía en Corea.

Menos desempleo

El Departamento de Trabajo publicó ayer, por otra parte, unos datos de empleo no demasiado malos. La semana pasada, la lista de quienes reclamaron algún tipo de subsidio por desempleo subió en 3.000 personas, hasta 394.000. El hecho de que se mantuviera relativamente distante la cota psicológica de 400.000 despertó esperanzas de que la constante corriente de despidos iniciada a finales del año 2000 estuviera estabilizándose.

En conjunto, y con la excepción del déficit, los indicadores ofrecían un panorama moderadamente positivo. El gasto de los consumidores creció un 3,8% en el segundo trimestre y la inversión empresarial, estancada desde la recesión de 2001, subió un 8% entre abril y junio, tras un primer trimestre en que se contrajo un 4,4%.

Pero esos datos no bastaron para insuflar optimismo en los mercados, ni para convencer a los analistas de que las dificultades económicas empezaban a quedar atrás. La jornada fue bajista en Wall Street, aunque con escaso negocio.

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