Un coco y dos rivales asequibles
El presidente de la Real Sociedad, José Luis Astiazarán, esbozó una sonrisa cuando conoció los rivales de su equipo. No en vano las bolas le depararon un gallo, el Juventus, pero también dos cuadros asequibles, el Galatasaray y el Olympiakos, a los que disputar la segunda plaza. La falta de pedigrí del grupo agranda las opciones blanquiazules.
- Juventus. El subcampeón de Europa es el líder teórico. Su obligación será clasificarse el primero y dejar la pelea por el segundo puesto a los otros tres contendientes. El conjunto de Marcello Lippi no ha cambiado apenas respecto a cursos anteriores: ni en ideas ni en jugadores. Seguirá siendo rácano, pero eficaz; poco dado al espectáculo, pero muy avispado tácticamente. Así llegó a la final de la pasada edición, cuando cayó ante el Milan por penaltis. Es la mezcla habitual del oficio y el talento. Gente correosa como los defensas Montero, Pessotto o Iuliano o los centrocampistas Tacchinardi, Camoranesi o Zambrota y la maestría de grandes estrellas como el checo Nedved, sobre todos; el holandés Davids, el italiano Del Piero o el francés Trezeguet. Fiel al estilo del Calcio, el Juventus crece artísticamente según se avanza por el rectángulo: una defensa sólida, expeditiva, acostumbrada a resistir en su área sin sucumbir a los agobios; una línea medular juiciosa a la que sólo Nedved salva de la tosquedad, y una delantera brillante en todas sus versiones: la velocidad de Trezeguet, la fortaleza del uruguayo Zalayeta, el toque de Del Piero y la habilidad de Di Vaio. Un clásico en todos los sentidos obligado a clasificarse.
- Galatasaray. De Turquía llegan siempre noticias similares. Equipos de Estambul que se disputan curso tras curso la jerarquía local y acaban covirtiéndose en grandes competidores europeos. El Galatasaray, en el que triunfó en su última epoca el rumano Hagi, ya tiene en sus vitrinas una Copa de la UEFA. Al amparo de la sangre caliente de sus jugadores, el estadio Ali Sami Yen es un fortín duro de pelar para cualquier adversario. El cuadro de Fatih Terim es una mezcla de veteranía y juventud. En él han recalado ilustres como el ex barcelonista De Boer, el brasileño César Prater o el turco Hakan Sukur, cada vez más disminuido respecto al goleador que fue, pero todo un símbolo del fútbol de su país. Junto a ellos se engrandece la figura de Hasan Sas, tan díscolo como genial o la del israelí y ex céltico, Revivo. Además, la Real se reencontrará allí con Arif Erdem, que pasó como un suspiro por San Sebastián y se marchó alegando una depresión anímica. Más que el Galatasaray, el problema para Xavi Alonso y compañía será el ambiente.
- Olympiakos. A priori, la cenicienta del grupo será el Olympiakos de El Pireo, que dirige el ucranio Oleg Protasov y en el que sigue militando el ex barcelonista Giovanni. Los rojiblancos son un fiel producto del fútbol griego. Todos sus defensas son nacionales, es decir fieles exponentes de la entrega que siempre caracteriza a los equipos helenos. Hacia adelante se van incrustando jugadores como el trotamundos, y casi olvidado, ex madridista Karembeu, el yugoslavo Djordjevic o el griego Georgiadis. Y todo acaba en Giovanni: en su juego y sus faltas..
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