"¡Beckham, Beckham...!"
El gran espectáculo de la noche lo ofrecieron los golpes francos. Esta suerte ha alcanzado una nueva dimensión desde la llegada de Beckham. En la primera parte, tres lanzamientos del inglés fueron respondidos desde la grada con silencios, primero, y aplausos, después. El resultado de los tiros libres no respondió a la expectación, pero Beckham no se fue con las manos vacías. Un gran cambio de juego del 23 blanco al principio del partido, fue recompensado con los primeros gritos de "Beckham, Beckham", escuchados en el Bernabéu. Su gol, en el segundo tiempo, desató la locura. Confirmaba que la Supercopa era blanca.
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