La ciencia de 'Fondi' y Eliseo

La ley del cálculo y de la planificación condujo a Eliseo Martín al podio de 3.000 obstáculos tras dos inaccesibles kenianos. Es una ciencia conjunta, trabajada y entrenada a medias por el propio Eliseo, conocido entre sus pares como "el zorro más zorro" (dicho cariñosamente, claro) que se puede uno encontrar en las pistas. Así fue capaz de sacar la calculadora y medir sus pasos, regular, en una carrera tan aparentemente caótica como la final del martes, con kenianos disfrazados de qatarís yendo y viniendo de acá para allá, acelerando o frenando según dictaran sus impulsos. "Pero es que desde el 1 de octubre hemos estado preparando todos los detalles para llegar a punto y estar perfectos el 26 de agosto a las 21.35 horas", explicó ayer su entrenador, Fernando García, conocido como Fondi por su amor a las carreras de fondo.

No hubo detalle que se le escapara. El último lo cerró la víspera, el 25, cuando Fondi se acercó al campo de entrenamiento donde los qatarís -el ex keniano Shaheen, que finalmente se llevó el oro, y el ex sudanés Saifeldin- preparaban la táctica para la final. Como lo que preparaban era la masacre de los kenianos no tuvieron ningún problema para explicarle al curioso español sus planes. "Bien sencillos", le dijeron. "Saldremos a toda velocidad, a 2.35 minutos el kilómetro". Luego, Eliseo, que ha mamado la ciencia del fondo en las kermesses aragonesas -ésas carreras que constan vueltas al campo del fútbol del pueblo con sprints intermedios premiados- procesó la información y concluyó: "La medalla estará en 8.09 minutos".

Con estos datos, Eliseo salió convencido. Cerró los ojos. Puso en marcha su ordenador interno y zancada a zancada empezó a cubrir vueltas. Clavadas. Inmune a las locuras de los competidores. 2.43 minutos cada kilómetro. 8.09 al final. Bronce seguro.

Pese a llevar toda la carrera obscurecido por los más brillantes Penti y Berlanas -más medallas, mejores marcas, más desparpajo, más apariciones en los medios-, Eliseo ha sido el más constante -no falla en una gran final en los últimos seis grandes eventos, desde Budapest 98- y el más aventajado alumno de la renovación del obstáculo español. "En 1996", recuerda Luis Miguel Landa, el técnico de la federación, "llevamos a un obstaculista a Atlanta que tenía que pisar la valla para poder saltarla. Lo hizo tan mal que vimos que si no poníamos en marcha un programa técnico nunca saldríamos del hoyo". Calcula Landa que con la buena técnica de paso de valla, con un buen juego de cadera, los españoles han recortado 14 segundos, y unos cuantos segundos más sabiendo saltar la ría. Eliseo lo demostró en la práctica