Los españoles pierden pie en el 1.500
El Guerruj se impone con autoridad en una carrerera en la que Reyes Estévez fue el único que demostró coraje para atacarle
Higuero y Parra no salieron del último vagón. No tuvieron qué decir, ni ganas de hacerlo
Baala siguió a El Guerruj cuando el marroquí lanzó su ofensiva final. Pasó junto a él por los 1.200 metros, pero nunca pudo amenazarle. La elegante zancada de El Guerruj no encontraba réplica en el francés. Con su maestría habitual, el marroquí atacó de lejos, progresivamente, con un control extraordinario de sus fuerzas. Está claro que conoce como nadie los secretos de la distancia. Fue admirable su demostración en una noche complicada, con el estadio enloquecido por lo que podía ser y no fue. Podía ser Baala, pero fue El Guerruj. Como siempre.
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