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Reportaje:ATLETISMO | Campeonatos del Mundo de París

Las dudas de Marta Domínguez

La palentina parece lejos de la forma que la llevó a la plata en Edmonton

Carlos Arribas

Abel Antón, entre los periodistas, intenta animar a Marta Domínguez: "¿Y no será, querida Marta, que estás pensando en los Juegos Olímpicos de Atenas, te has tomado este año como de transición y por eso tus marcas no están tan bien?". Marta mira sonriendo al doble campeón mundial de maratón, interpreta su pregunta y sopesa su respuesta: "¡Ja, qué más quisiera! Pero no es así, no es así. Si fuera así, ni siquiera habría venido a París. Y aquí estoy".

En la torre Eiffel estaba Marta Domínguez y hablaba. De problemas personales y físicos. Intentaba explicar por qué media temporada, los meses que siguieron a su plata en los Mundiales en pista cubierta de Birmingham, ha sido miserable y por qué clasificarse simplemente para la final de los 5.000 metros sería "un triunfo". Así estaba la mejor atleta española de la historia, la chica guerrera palentina que fue capaz de pelearse con medio mundo para vivir en 2001 y 2002 un bienio memorable. Es doble campeona europea y doble subcampeona mundial. Es un símbolo del resurgimiento del atletismo español. Puede ser también un símbolo de unos Mundiales tristes, los del hundimiento del fondo español.

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"Pero tampoco cuando llegué a Edmonton pensaba en conseguir una medalla y acabé en el podio", dijo intentando animarse. Pero allí llegó después de haber tenido una temporada regular, unas sensaciones extraordinarias; después de haber bajado de 15 minutos en los 5.000 metros. La última carrera que intentó disputar antes de París, los de Zúrich, el día 15, no pudo terminarla: "Entonces me preocupé de verdad. Estuve muy decaída. Dudaba de mis posibilidades. Pero la mente se recupera con rapidez". Cuenta que le bastaron dos entrenamientos buenos, buenas marcas y buenas sensaciones, para sentirse bien, recuperada: "Ahora sólo necesito una carrera más para coger el punto que me falta. Si llego a la final, aquello será una lotería. Estaremos seis para jugárnoslo todo".

La temporada empezó a irle mal a Marta mediado junio, cuando sufrió una contractura en el cuádriceps. Fue baja para la Copa de Europa de Florencia y necesitó descansar cinco días: "Cuando volví a entrenarme, quise recuperar el tiempo perdido y me pasé. Así que he tenido que descansar para que todo el trabajo acumulado saliera en el rendimiento". "Es que el problema", concluye, "más que de marcas o de forma física objetiva era de sensaciones. No me sentía bien. Ahora sólo espero que la suerte me acompañe y que los entrenamientos duros den su fruto".

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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