Un gimnasio en el olivar
Cientos de ciclistas y senderistas utilizan a diario la Vía Verde del Aceite que une Jaén con Córdoba
Son las ocho de la tarde y el sofocante calor de estos tórridos días de agosto se ha hecho más tolerable. A esa hora, Antonio Peña, de 45 años, y su hijo Antonio, de 12, salen desde su domicilio en Jaén con sus bicicletas para disfrutar de su paseo habitual por la Vía Verde del Aceite. Lo hacen al menos tres veces a la semana y recorren entre 10 y 20 kilómetros. "Es un placer montar en bicicleta por una ruta tan llana y alejada los ruidos de los coches", asegura Antonio. "Pero debería haber alguna fuente para refrescarnos", matiza su hijo. Como ellos, cientos de ciclistas aficionados, amantes del senderismo y, en general, personas de todas las edades sin más pretensión que el placer de andar o montar en bicicleta disfrutan a diario de la Vía Verde del Aceite de Jaén, uno de los productos turísticos que se está poniendo de moda en Andalucía ante la escasez de carriles-bici y zonas peatonales en las grandes ciudades.
La ruta aprovecha los terrenos del antiguo trazado férreo construido a finales del siglo XIX entre Jaén y Campo Real. La línea, que discurre por la comarca con mayor densidad de olivos de todo el mundo, se abandonó definitivamente en 1985 por motivos comerciales. Las antiguas estaciones se han recuperado como lugares de ocio y de restauración. Dos túneles iluminados, nueve viaductos y tres pasarelas completan el recorrido de este itinerario medioambiental que tiene un desnivel máximo del 2%.
"Nosotras andamos unos 9 kilómetros en algo más de una hora y media", aseguran Cari Aranda y Juana Cordón, dos amigas que han pasado de los 40 y que son fijas en este itinerario que tiene al olivar como principal compañero de viaje. Jóvenes que muestran sus cuerpos atléticos, adultos en busca de eliminar sus michelines o ancianos que pasean por prescripción médica se juntan en esta especie de gimnasio al aire libre. "Esto es lo más sano que hay, alejados de la polución de la ciudad", indican Fran López y José Lara, otros dos ciclistas que frecuentan este espacio natural.
La Vía Verde del Aceite, gestionada por un consorcio en el que se implican los diferentes ayuntamientos, la Diputación y otras instituciones, tiene una longitud de 54 kilómetros en su tramo jiennense y discurre por municipios como Jaén, Torredelcampo, Torredonjimeno, Martos y Alcaudete. No obstante, la ruta es sólo parte de un proyecto más ambicioso de 121 kilómetros de longitud y que se adentra por la provincia de Córdoba. En total, la inversión estimada es de unos tres millones de euros.
En su primer tramo, entre Jaén y Torredelcampo, discurre por un paisaje típico de campiña, con un mar de olivos salpicados por cortijos de la arquitectura tradicional andaluza. Al llegar a Torredelcampo puede visitarse también la ruta arqueológica de los Torreones. Más adelante, tras atravesar un puente medieval sobre el río Víboras, se llega a Martos, cuna mundial del olivar, y, desde allí, el paisaje se hace más abrupto y serrano, propio de las estribaciones del macizo de la Sierra Sur. El antiguo trazado ferroviario cruza ríos y arroyos, encajados en impresionantes desfiladeros, a través de viaductos metálicos con longitudes que llegan a los 220 metros.
Por si fueran pocos los alicientes, a la altura de Alcaudete la Vía Verde pasa por las proximidades de la reserva natural de la Laguna Honda, con un mirador desde el que observar la abundante y rica avifauna que habita en este humedal de 65 hectáreas de extensión. De menor extensión, la Laguna del Chinche, es otra reserva natural que se abre paso en la margen derecha de la Vía Verde.
La ruta medioambiental, que finaliza en su parte jiennense en el grandioso puente de hierro sobre el río Guadajoz, se encuentra actualmente interrumpida en un pequeño tramo, a la altura del municipio de Martos, debido a las obras que el Ministerio de Medio Ambiente lleva a cabo para acometer las nuevas conducciones de agua del pantano del Víboras.
La Diputación de Jaén trabaja ya en el proyecto de creación de dos nuevas vías verdes que sirvan para complementar la oferta turística de la provincia. Una de ellas discurrirá por la Sierra de Andújar y la otra, a través del nordeste de la provincia, aprovechará el antiguo trazado de la línea férrea Baeza-Utiel, abandonada a mediados de siglo pasado cuando todavía no había entrado en servicio. La Diputación jiennense considera que es una forma de apostar por esta modalidad de turismo rural que, en palabras del presidente de la Corporación provincial, Felipe López (usuario habitual de la Vía Verde del Aceite) "hacen más atractivo el territorio al visitante y favorecen el aumento de sus días de estancia en la provincia".
Vía Linares-Estación de Linares-Baeza. Siete kilómetros de recorrido. Aprovecha el antiguo trazado de la línea férrea.
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