Precisiones sobre un accidente

En el cuadernillo de Madrid del pasado 17 de agosto hemos podido leer una carta del lector José Frade López, de Madrid, cuyo contenido no podemos compartir y deseamos contestar a través de la misma sección.

Primero. El accidente que el señor Frade describe ocurrió el 29 de mayo de 2003 y no el 29 de junio como sin duda por error refleja la carta.

Segundo. El conductor de la Empresa Municipal de Transportes, SA (en adelante, EMT) suscribió un parte de colisión el mismo día del accidente en el que expresaba su versión de los hechos y que fue trasladado a la aseguradora sin modificación alguna.

Tercero. La Compañía Aseguradora, en función de la versión facilitada por el conductor del autobús, determina la asunción de la responsabilidad sin que le sea vinculante la opinión que al respecto pueda tener EMT y aplicando además, en caso de discrepancia de versiones, una serie de normas que tienen pactadas la mayor parte de las aseguradoras, en convenios suscritos entre ellas, que establecen la responsabilidad en función de los datos que ambas partes facilitan sobre el accidente, tales como situación de los vehículos en la vía donde se produjo la colisión, localización de los daños, etcétera.

Cuarto. En ningún caso tergiversa EMT en su beneficio las versiones de sus conductores, que textualmente se trasladan a la aseguradora, significando que, además en este accidente el autobús ni siquiera tuvo daños. Rechazamos tajantemente las afirmaciones que al respecto hace el señor Frade.

Quinto. La prioridad de prestar servicio de transporte público de viajeros, y la necesidad de no interrumpirlo más allá de lo necesario, ha de hacerse compatible con la obligación que existe de que en todo accidente se tomen y faciliten los datos del siniestro, que en este caso se hizo y en ese ámbito la Empresa tiene impartidas recomendaciones a sus conductores para facilitar todos los datos precisos pero que no incluyen la suscripción del denominado parte amistoso, cuya confección en el lugar de los hechos exige tranquilidad e invertir un tiempo mayor que el que sería razonable para cumplir con la prioridad antes citada.