El G-30 planta cara al G-12

El G-30, el grupo que componen los 22 clubes de la Segunda División y ocho de Primera (Albacete, Betis, Celta, Málaga, Mallorca, Osasuna, Valladolid y Zaragoza), los modestos del fútbol español, decidió ayer plantar cara al G-12, el de los más poderosos.

La asamblea de la Liga Profesional, a la que sólo asistieron ellos, acordó por unanimidad no comenzar el campeonato -cuyo inicio está fijado para los próximos días 30 y 31- mientras no se resuelva la cesión de sus derechos televisivos.

También aprobó que todos los partidos se disputen el domingo, independientemente de si hay o no jornada europea a la semana siguiente, y en una banda horaria concreta, entre las cinco y las siete de la tarde. Esto perjudica los intereses de los que disputan competiciones internacionales y priva a los telespectadores de la posibilidad de ver varios encuentros seguidos.

Asimismo, decidió no autorizar la venta a la Federación Española de sus derechos televisivos internacionales.

El G-12 no sólo no asistió al acto, sino que impugnó los tres puntos del orden del día "ante la federación y el Consejo Superior de Deportes", según confirmó su representante, Fernando Otxoa, ex vicepresidente del Athletic.

Según el portavoz de la asamblea, Alfredo Rodríguez, secretario técnico del Celta, "no se dan los condicionantes para que comience el torneo porque todavía hay muchos equipos que no han vendido sus derechos".

Sin embargo, el propio Rodríguez concedió que sólo se prevé negociar con Sogecable, cuya oferta es de 84 millones de euros. Definitivamente, la supuesta propuesta de Phedra Sport por 104 millones ha sido desechada por "falta de solvencia" de esa pequeña empresa, radicada en Barcelona, dedicada a la organización de eventos deportivos y que no ha presentado los avales bancarios necesarios.

"Tenemos sólo un posible comprador y eso dificulta la negociación", reconoció Rodríguez. En ese sentido, el G-30 retomó en la misma tarde de ayer los contactos con Sogecable para reunirse el lunes por la mañana en la propia sede de la Liga. Su pretensión es conseguir que esa cadena pague nueve millones más, es decir 93.

En relación con la firme decisión del G-12 de comenzar el torneo el próximo fin de semana, como está previsto -"la mayoría de los equipos de Primera así lo quiere", recalcó Otxoa-, Rodríguez fue tajante: "La Liga es la que organiza el campeonato y, si dice que no empieza, ni la federación española ni nadie puede cambiar esa decisión".

Un punto de vista que contrasta efectivamente con el G-12. Por ejemplo, José Luis Astiazarán, el presidente de la Real Sociedad, también enfatizó: "Vamos a jugar en su día".

El reglamento federativo indica que, si no se presenta a un encuentro, el equipo en cuestión es penalizado con tres puntos y que, si no asiste a otro, pierde la categoría. Pero para los miembros del G-30 esa posibilidad "no es aplicable porque no sería una incomparecencia. Sencillamente, se retrasa el campeonato y quien lo decide es el órgano competente, la Liga".

"Es indignante que los equipos de Segunda decidan a qué hora juegan los de Primera", subrayó asimismo Astiazarán respecto a la banda horaria, que, adujo, perjudica a los grandes, las cadenas y los telespectadores.

Los representantes de los clubes que asistieron a la reunión calificaron la misma, que duró cerca de tres horas, como una "balsa de aceite". Todos los puntos planteados se aceptaron por "unanimidad", según Juan José Hidalgo, vicepresidente de la Liga y presidente del Salamanca.

Los miembros del G-30 eludieron comentar la amenaza del Gobierno de no pactar con la Liga en caso de que el torneo no comience en su fecha prevista.

El Ejecutivo y la Liga están en conversaciones para aumentar en un 5% -hasta el 15%- el porcentaje de dinero que perciben los clubes de las quinielas, lo que les supondría 48 millones de euros más. Además, esperan conseguir aplazamientos que les alivien el pago de la deuda de 288,8 millones que arrastran con Hacienda.

Para ellos, esas conversaciones con Moncloa -en su día, la Liga recurrió por carta al vicepresidente primero, Mariano Rajoy- "no tienen nada que ver con lo decidido".

Un extremo que, sin embargo, niegan otras fuentes de la Liga, que aseguran que, si se cumple la amenaza de plante, el Gobierno paralizará las negociaciones.