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El último espartero

Una visita a la feria de muestras de Sierra Mágina permite descubrir artesanía tradicional y oficios en vías de extinción

Ginés Donaire

A sus 64 años, Miguel Díaz Guzmán sabe que es el último espartero que queda en su pueblo. "Los jóvenes no quieren este trabajo, es muy sacrificado y no está pagado para las muchas horas de trabajo que hay que echar", se lamenta. Y no es para menos. En todas las zonas olivareras andaluzas el esparto ha formado parte de su paisaje y de su cultura. En torno a la vida agraria tradicional nació una pequeña industria familiar muy vinculada a la cultura oleícola con la confección de capachos y capachetas para abastecer las prensas de los molinos de aceite.

En algunas localidades de la serranía de Jaén, el esparto ya se exportaba en el siglo XVIII a las minas de Almadén para fabricar espuertas para el acarreo de mineral. Pero tras el auge que experimentó en las primeras décadas del siglo XX, a partir de los años 60 esta industria artesanal cayó en picado al sustituirse por la fibra sintética.

Actualmente, tan solo el municipio de Jódar (Jaén) mantiene una pequeña industria capachera que abastece a las almazaras. Pero todavía subsiste algún nostálgico, como Miguel Díaz, al que no le importa ir contra corriente, y dedica todo su tiempo libre a su gran afición. "Cuando desaparezcamos los viejos el esparto pasará a la historia", comenta resignado mientras exhibe su habilidad en la elaboración de pleitas, esparteñas, bolsos de petaca o aguaderas a los visitantes de la feria de muestras del Parque Natural de Sierra Mágina, que hasta mañana domingo puede visitarse en Huelma (Jaén).

De alguna manera, esta feria, que cumple 20 años de vida, simboliza el cambio experimentado en la actividad económica de las zonas rurales de Andalucía. Los viejos oficios vinculados con formas de vida prácticamente de subsistencia han sido vencidas por el desarrollo industrial y la fuerte competitividad de la sociedad actual.

Cosméticos apícolas

Algo que no asusta a José Antonio Dolset e Isabel Torres, que llevan más de 30 años fabricando y exportando a todo el país soldaditos de plomo desde su industria familiar de Jimena. "En cada figura utilizamos más de 40 piezas soldadas, pegadas o ajustadas, algunos de menos de un gramo de peso", explica el propietario de Artesanía Vartal, la única en Andalucía dedicada de forma monográfica a elaborar pequeñas reproducciones de soldados ataviados con los uniformes de los ejércitos más universales.

ExpoHuelma, que así se llama esta feria de muestras, pretende convertirse en un escaparate de la economía de los parques naturales andaluces, desde el convencimiento de que el desarrollo económico y la conservación de los recursos naturales pueden ir unidos, como sostiene el alcalde de la localidad anfitriona, Francisco Vico.

En esa línea caminan algunas empresas de la comunidad que han aprovechan la materia prima del campo andaluz para comercializar sus productos. Ese es el caso, por ejemplo, de Apicor, una industria familiar de Córdoba que elabora artículos de cosmética con la miel de sus 900 colmenas en la sierra de Jaén. El negocio familiar se extiende a la venta de polen, jalea real y miel con propiedades curativas, como la de espliego (indicada para las afecciones bronquiales) o la de madroño (para asmáticos). "Este año la producción ha sido más floja de lo habitual", se queja Juan Arribas, propietario de la empresa.

Algo parecido realizan un grupo de mujeres de Pegalajar (Jaén) que han visto como sus productos cosméticos elaborados con aceites y productos naturales de Sierra Mágina los utilizan ya numerosas instituciones como regalos de empresa. Desde la localidad granadina de Jayena se ha presentado el queso Cueva de la Magaha, elaborado con leche exclusivamente de cabra procedentes de pastos locales. Otro de los que se resisten a abandonar los viejos oficios artesanales es Antonio Baeza, que regenta una guarnicionería en Noalejo (Jaén). Monturas, aparejos, albardas y otros accesorios para el ganado caballar son sus productos estrella, "con cuero cosido a mano, con el trabajo que eso tiene", recalca.

En los 80 expositores de la muestra se ofrece además una selección de la mejor gastronomía, productos agroalimentarios, maquinaria agrícola o ganadería (con subasta de ganado incluida), el aceite de oliva virgen extra con denominación de origen y el turismo rural, que en los últimos tiempos está emergiendo como alternativa a la dependencia del sector agrario en este parque natural, que integran una docena de localidades alrededor de un macizo montañoso cuya magia ya ensalzaron las Serranillas del Marqués de Santillana y los poemas de Machado.

ExpoHuelma. Pabellón de deportes de Huelma (Jaén). Hasta el domingo. Horario: de 12.00 a 22.00. Gratis.

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