La Embajada en Irak afirma que el militar "murió solito" tras el atentado

El capitán de navío Manuel Martín-Oar, de 56 años, murió en una camilla en las inmediaciones de la sede de la ONU en Bagdad por un traumatismo craneoencefálico poco después del atentado que destrozó el edificio. El militar español murió "solito", según declaró el encargado de negocios de la Embajada de España en Bagdad, Eduardo de Quesada, y no llegó a ingresar en ningún hospital, ya que "a las 17.30 estaba vivo y a las 19.30 ingresó en el mortuorio, por lo que a las 18.30 tenía que haber muerto", ya que el aeropuerto, donde se encuentra el depósito, está a una hora de la sede de la ONU. El atentado se produjo a las 16.40.

Esta versión fue confirmada a EL PAÍS por el representante español en la Autoridad Provisional de las fuerzas ocupantes, Miguel Benzo, y por otra fuente de la representación española en dicha autoridad. El Ministerio de Defensa, sin embargo, difundió anoche una versión distinta. Según el departamento que dirige Federico Trillo, el capitán español fue localizado en el exterior del edificio por otro de los expertos españoles, el ingeniero Ricardo López Oribe, al que "manifestó encontrarse tranquilo". Siempre según Defensa, Martín-Oar fue trasladado en ambulancia por un equipo estadounidense a un centro de clasificación de heridos de Bagdad.

De Quesada, máxima autoridad diplomática española en Bagdad, explicó: "Los enfermeros debieron de pensar que su caso [el de Martín-Oar] no era grave, por lo que le dejaron solito, probablemente para atender a otros heridos más graves. Cuando volvieron, le encontraron muerto". Un representante español en la Autoridad Provisional de las fuerzas de ocupación explicó a este diario: "Estoy convencido de que ni siquiera llegó a subirse a la ambulancia". Los sanitarios estadounidenses tardaron 15 horas en avisar a las autoridades españolas de que estaba en el tanatorio.

El féretro de Martín-Oar llegó ayer a la base de Rota en un avión fletado por el Ejército español. A las siete de la tarde se celebró un funeral en El Puerto de Santa María y hoy le será practicada una autopsia al cadáver. Esta muerte ha desatado una tormenta política. El líder socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, criticó "la cobardía" del presidente del Gobierno, José María Aznar, por no acudir al Parlamento a explicar la situación en Irak.