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Reportaje:

Un año de calvario

Detenida una mujer de 29 años por maltrar a su esposo, de 71, con la complicidad de su hijo

María Fabra

La policía ha detenido a una mujer de 29 años de edad como presunta autora de un delito de malos tratos a su esposo, de 71. Los agentes del Servicio de Atención a la Familia de la comisaría de Castellón buscan también para su arresto, por el mismo delito, al hijo de la víctima que, al parecer, era la pareja real de la presunta agresora.

Después de más de un año de matrimonio y tras una agresión, según consta en la denuncia, el hombre decidió contarlo todo. Desde 1999, el agredido vivía, en su domicilio de Castellón, con su hijo y la novia de éste. En julio de 2002 ambos convencieron y "obligaron", según su propio relato, al anciano para que se casara con la joven con el fin de acomodar la herencia a sus intereses. De esta manera, según sus planes, cuando el hombre muriese, todo se quedaría, en usufructo, al menos o así lo pensaba la detenida y su pareja, para su esposa.

Lejos de gozar del cuidado de ambos, el anciano comenzó a ser víctima de vejaciones de todo tipo por parte tanto de su hijo como de la novia de éste. Amenazas y agresiones que no comunicó a sus familiares, según mantuvo, ante el temor de que hicieran realidad la advertencia de que, si así lo hacía, lo tirarían por la escalera o por la ventana. Según consta en la denuncia, su situación era de "total desamparo", ya que ni su esposa ni su hijo se preocuparon nunca de su alimentación, higiene y salud hasta el punto de, según su relato, perder 42 kilos de peso. El maltrato llegó al punto de dejarlo encerrado varios días sin salir de casa, según fuentes policiales.

La víctima percibe una pensión de 2.000 euros mensuales y con ellos se hace cargo de los gastos de la casa aunque, el restante, ha sido gestionado por su esposa y su hijo.

El pasado día 8 de agosto, el anciano fue agredido por su hijo, quien le asestó varios puñetazos en el pecho y patadas en los testículos. Sin embargo, aprovechando un descuido logró escaparse y tomar un autobús con destino a Vila-real, localidad en la que reside otra hija. Una vez en el municipio, el hombre, desorientado y desfallecido ya que, según dijo, llevaba tres días sin comer, fue asistido por una dotación de la policía local, que lo trasladó a casa de su hija que reside en esa localidad. Una vez allí, comenzó a contar lo sucedido y, al día siguiente, se personó en la comisaría de Vila-real, y presentó una denuncia sobre por los malos tratos continuados de los que ha sido víctima.

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