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Reportaje:

Anuncios bajo lupa

Una cadena de comida rápida retira la campaña que algunas asociaciones de agricultores criticaron por "denigrante"

Las sensibilidades de colectivos o de agrupaciones ciudadanas se están convirtiendo en un nuevo factor que los creativos publicitarios españoles deberán comenzar a tener en cuenta a la hora de elaborar sus anuncios. Así ha quedado demostrado con la campaña de la cadena de comida rápida Bocatta que hasta ayer emitían las televisiones, suspendida tras las quejas de asociaciones sindicales agrarias, que la consideraban "denigrante" para los trabajadores del mundo rural.

El spot en cuestión destacaba los aspectos positivos de la vida natural, con una canción de fondo, que en clave de broma enumera los inconvenientes de la vida en el campo.

La polémica no es nueva. El pasado mes de abril, el Defensor del Menor logró que la empresa Calvé retirara un anuncio de mayonesa en el que se veía a una madre rociando a su bebé con el contenido del biberón, aduciendo que se incitaba al maltrato; y en julio, asociaciones de transexuales consiguieron que se suspendiera el spot de la cerveza Águila Amstel en el que tres jóvenes someten a una prueba de conocimientos futbolísticos a un vecino de la barra del bar para saber si se trata o no de un transexual.

Un punto en común de todos estos casos es la cantidad de recursos que utilizan los colectivos para retirar las campañas de la parrilla de las cadenas. Así lo demostraron el sindicato de Jóvenes Agricultores y Ganaderos de Cataluña, el valenciano Unió de Llauradors i Ramaders-COAG y la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA), que ayer pidieron un boicot a los productos de la cadena de comida rápida y presentaron una reclamación formal ante la Asociación de Autocontrol de la Publicidad, medidas que quedaron en suspenso al interrumpirse la emisión del anuncio.

La agencia de publicidad Sra. Rushmore, responsable de la campaña, se defiende de las acusaciones señalando que el spot buscaba crear un ambiente "amable y divertido, dirigido a un público joven" y que nunca existió "la más mínima intención de herir la sensibilidad de ningún colectivo". El mismo argumento de todas las agencias que se han visto en el ojo del huracán.

¿Imaginación a costa de ridiculizar a colectivos? El tema no está resuelto, aunque antes de utilizar estereotipos en clave de broma, los creativos publicitarios deberán pensárselo dos veces.

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