Mortalidad y ola de calor

Hemos visto con sorpresa las declaraciones de la ministra de Sanidad respecto al aumento de mortalidad producido en nuestro país coincidiendo con la ola de calor, y nos parece necesario hacer unas precisiones:

1. Sorprende que este importante incremento en la mortalidad no haya sido detectado por el Ministerio de Sanidad, que dice comenzar a tomar alguna medida (solicitar información) sólo cuando el tema ha sido reiteradamente señalado por los medios de comunicación. ¿Es ésta la manera en que el ministerio entiende el ejercicio de sus competencias en salud pública?

2. Por otro lado, como el incremento de la mortalidad es innegable, todo parece indicar que la causa del mismo no está sino en el agravamiento de enfermedades previas debido al aumento de la temperatura ambiente, de manera que se han descompensado situaciones ya preexistentes, que, por otro lado, es la misma explicación que existe para la elevada mortalidad reconocida en otros países como Francia. El ministerio y las autoridades sanitarias presumiblemente han estado contabilizando sólo aquellas defunciones provocadas directamente por los "golpes de calor", que, como es obvio, no son excesivamente numerosas.

3. Esta forma de elaborar estadísticas por parte de nuestros responsables sanitarios es poco rigurosa y triunfalista, máxime cuando se comprueba que estos datos se contradicen con los proporcionados por los servicios funerarios en todo el país, que están señalando un aumento de defunciones respecto al año pasado que oscila entre el 25% y el 100%, según las distintas regiones. Pero además nos producen una seria inquietud, ya que, si realmente el ministerio piensa que el incremento de la mortalidad no se debe a los efectos del calor, ¿cuál es su causa? ¿Estamos ante una preocupante epidemia producida por algún nuevo y no diagnosticado agente? ¿Qué medidas urgentes se han tomado?

En fin, que estamos ante una nueva evidencia de que las máximas autoridades del país, cuando hay un problema, miran para otro lado y, si pueden, lo niegan. Pero la realidad está ahí, o en otras palabras: ...y, sin embargo, se mueren.