Pagar un piso

He preguntado en algunas inmobiliarias por el precio de las viviendas en Valdemoro, en la zona sur de Madrid, y también Carabanchel y Aluche; no es que sea una zona con glamour o viva la flor y nata de la villa. Ninguno ha bajado de 34 millones. Cada día el precio de la vivienda sube, se compra todo. Quien tiene piso lo alquila, pudiendo pagar otra hipoteca con la renta de ese alquiler; si le va mal, no pasa nada, lo vende, consiguiendo su correspondiente plusvalía, y así sucesivamente. Lo peor es que cualquier ciudadano puede hacerlo y se hace. Sólo me planteo una sencilla pregunta: ¿los jóvenes tenemos derecho a acceder a nuestra primera vivienda? Yo percibo un salario neto de 745 euros y mi novia, por trabajar de lunes a sábado, gana 720 euros al mes. Por cierto, tiene dos carreras, curso de adaptación pedagógica, experta en ISO 9.000-2.000, ISO 14.000 y bilingüe en francés.

Tenemos, ella 29 y yo 26 años. Haciendo simulaciones con hipotecas, con la más barata del mercado, sin saber siquiera si nos la concederían, pues yo hace tres años que estoy con un contrato de fin de obra; ella, gracias a Dios, su situación es indefinida, para pagar 180.000 euros a 30 años, es decir, dejaríamos de pagar cuando ella tuviera 59 años y yo 56, una cuota de 735 euros (el interés nominal es del imposible 2,75 euribor dentro de tres años +0,75 de spread). Tenemos un sueldo completo. Los dos trabajamos en sitios diferentes, en polígonos; cada uno tiene su coche, por cierto, utilitario, normalito. Tendríamos que vender uno. Debemos pagar agua, luz, comunidad, gas, impuestos. También debemos comer y vestir. Lo de salir se acabó, frecuentaremos más a menudo el videoclub. Por supuesto, de hijos, nada. No nos podemos permitir mejorar el índice de natalidad para que cuando seamos nosotros mayores, todavía pagando la hipoteca si esto no cambia, nos jubilemos con la edad con la que lo hacen nuestros mayores; suerte que tenemos mano de obra extranjera y barata que ayuda a que la situación no avance a peor.

En fin, menos mal que tenemos a nuestro ministro de Fomento, que nos anima diciéndonos que España va bien porque los españoles pueden comprar inmuebles o viviendas sin problemas. Es que le adoro, señor Cascos. Cada vez que le veo en televisión no se me pasa por la cabeza otra cosa que tenerle cerca.