La cifra de fallecimientos se disparó en al menos 10 capitales durante la ola de calor
Los datos de registros civiles y cementerios reflejan aumentos de hasta el 86% respecto a 2002
El recuento oficial de fallecidos a consecuencia de la ola de calor sin precedentes que ha sufrido España este verano no llega al medio centenar. Las cifras ofrecidas por los servicios de salud de las comunidades autónomas limitan a 46 las defunciones por golpe de calor o por el agravamiento de enfermedades debido a las altas temperaturas durante la segunda quincena de julio y la primera de agosto, frente a las 5.000 reconocidas por las autoridades sanitarias francesas. Sin embargo, los datos parciales obtenidos a partir de registros civiles y tanatorios reflejan un significativo aumento de las defunciones en numerosas ciudades españolas, con incrementos porcentuales que llegan al 56% en Vigo o el 86% en Jaén respecto a 2002.
El Ministerio de Sanidad pidió ayer datos a las comunidades autónomas sobre la incidencia de la reciente ola de calor. Fue su primera medida al respecto, ya que hasta ahora la Administración ha mantenido un absoluto mutismo. La única excepción fue la Dirección General de Protección Civil, que el pasado 8 de agosto atribuyó 18 muertos a las altas temperaturas. Ni uno más.
Ante la falta de información oficial, de carácter global, no que queda más remedio que acudir a los registros civiles, a los servicios funerarios municipales o los tanatorios privados para obtener cifras orientativas. De dichas entidades se nutre el Instituto Nacional de Estadística (INE), único organismo estatal que recopila datos demográficos. Eso sí, con una demora de meses.
Los registros civiles sólo suelen disponer de cifras por meses enteros y sólo la amabilidad de algunos funcionarios garantiza su obtención. El registro único de Madrid capital refleja un aumento de las defunciones en julio pasado respecto al mismo mes de 2002 del 7,28%, una diferencia que no es muy significativa desde el punto de vista estadístico, según expertos consultados. Habría que hacer correcciones (envejecimiento de la población, entre otras) para que ese dato tuviese un mínimo rigor metodológico.
Además, muchas ciudades no tienen unos servicios municipales que centralicen los óbitos ocurridos y hay que recurrir a los datos de funerarias privadas.
En todo caso, la tasa de mortalidad bruta en España (defunciones por cada mil habitantes) apenas ha variado en los últimos periodos disponibles: sólo se incrementó en una centésima en 2002 respecto a 2001, según el INE (7.682 defunciones más en el año).
Canícula sin precedentes
Así que aumentos de los fallecimientos desde el 15,7% en Palma de Mallorca hasta el 86,9% en Jaén respecto a los mismos periodos del año anterior son tremendamente llamativos y coinciden con una ola de calor sin precedentes por su intensidad y duración según el Instituto Nacional de Meteorología.
El servicio de salud de la Generalitat de Cataluña proporcionó a este periódico la suma de defunciones en seis grandes municipios del área metropolitana de Barcelona que suman algo más de 900.000 habitantes. Si desde 1994 se registraron durante el mes de julio y la primera quincena de agosto entre 1.000 y 1.200 fallecimientos, en el mismo periodo de este año hubo 1.862 según la misma fuente.
Sin embargo, conviene recordar que mueren más personas durante los meses de frío que durante el verano: por ejemplo en 2002 fallecieron en toda España 39.980 personas en enero frente a 27.185 en agosto, según el INE.
Al margen de los datos, la gran mayoría de fuentes consultadas en registros civiles y tanatorios refieren su impresión de que durante la ola de calor han sumado muchas más defunciones que otros años. Así lo explica una funcionaria del departamento de defunciones del registro de Madrid, que señala que en agosto suelen tener menos muertes que otros meses porque la capital pierde mucha población pero que este año sí se ha notado más trabajo durante la ola de calor.
El encargado de una funeraria de Córdoba va más allá. Paco Vázquez lleva 44 años en el negocio y no recuerda una quincena similar. Sólo le recuerda vagamente a un estío de la década de los setenta: "Hubo también muchos fallecimientos, pero no se sabía si era por el calor".
En cambio al jefe de administración de un tanatorio de Sevilla, Francisco Conde, le llama más la atención que el aumento de los fallecimiento se mantenga durante tantos días. "Todos los años pasa lo mismo, cuando hay temperaturas más altas hay más mortandad, luego baja y luego vuelve a subir. Lo anormal es que ocurra tantos días seguidos".
Desde el tanatorio Ciudad de Jaén, el principal de la capital jiennense, donde el aumento de defunciones llegó a un espectacular 86%, un portavoz confirmó que el número de fallecimientos atendidos durante la primera quincena de agosto ha sido muy superior al de otras épocas similares, incluso ha igualado a febrero, uno de los meses invernales en los que los picos de fallecidos son más altos.
A falta de datos en Valladolid, una fuente del registro civil de la capital castellanoleonesa relata que mientras el 14 de de agosto de 2002 fallecieron en Valladolid nueve personas, el mismo día de este año la cifra superó las 40. Y en una de las mayores residencias geriátricas de Valladolid la media de fallecimientos en julio era de seis personas, mientras que este año han muerto 15 ancianos.
Sanidad pide datos
Visto lo ocurrido en Francia, y una vez que según el Instituto Nacional de Meteorología ha pasado lo peor de la canícula, el Ministerio de Sanidad y Consumo, a través de la Dirección General de Salud Pública, ha decidido por fin reclamar a los servicios de las comunidades autónomas datos sobre el número de fallecidos producidos por las altas temperaturas, a fin de elaborar un balance de los efectos de la ola de calor sobre la población.
En su informes, las comunidades deberán aclarar si los fallecimientos consignados tuvieron como origen directo las altas temperaturas (golpe de calor) o si se produjeron por un agravamiento de patologías previas debido a las elevadas temperaturas.
Según fuentes de ese ministerio citadas por Europa Press, el objetivo que persigue Sanidad con este balance es el de disponer "lo antes posible" de la información "más precisa" sobre el asunto, toda vez que el golpe de calor no está incluido en las enfermedades de declaración obligatoria.
En cualquier caso, según la misma fuente, Sanidad agradece a las comunidades autónomas y a los profesionales sanitarios el buen funcionamiento de los servicios de salud y el esfuerzo realizado en las últimas semanas.
Esta información ha sido elaborada por Francisco Cantalapiedra, Tereixa Constenla, Ginés Donaire, Fede Durán, Manu Menéndez, Concha Montserrat, Xosé Manuel Pereiro, Francisco José Román y Lara Otero.
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