La ganga brasileña
De Ricardo Oliveira, el delantero que el Valencia fichó al Santos hace dos semanas, se sabía que cumplió 23 años el pasado 5 de junio y que fue el máximo goleador de la última Copa Libertadores. Poco más. Apenas había datos sobre su perfil futbolístico. Era un desconocido en España. Desde el domingo por la noche se sabe algo más de este goleador brasileño que pretendieron fichar también el Atlético y el Betis. Su partido contra el Madrid en el Trofeo Naranja dejó una grata impresión; tan buena que la secretaría técnica del club de Mestalla se frota las manos después de la fría respuesta que entre los aficionados había tenido su fichaje.
"Oliveira tiene buenos movimientos y cambios de ritmo", apunta el mítico ex jugador valencianista Pep Claramunt, ahora miembro de la secretaría técnica; "chuta tan bien con la izquierda como con la derecha. Y, en cuanto al regate, sale por ambos lados con la misma rapidez. No es el típico delantero tanque que está sólo para el remate. Sabe fabricarse la jugada. También se desmarca muy bien. Todos los que sean movimientos en velocidad los hace con mucho sentido".
Los halagos le han caído también a Oliveira de parte del director deportivo del club, Jesús García Pitarch: "Es un atacante completo y con un buen tiro. Quizá sea más preciso con la derecha que con la izquierda. Puede jugar tanto de primer punta como de segundo".
El fichaje de Oliveira, a tenor de las expectativas que ha creado y de los elogios que se le dedican, es una ganga: sólo ha costado 500.000 euros. ¿Por qué tan poco? Porque el futbolista quedaba libre el próximo enero, cuando finalizaba su contrato con el Santos, que le fichó procedente de la Portuguesa, club que ahora reclama una indemnización por sus derechos de formación.
