El rescate de Alstom alienta a otros grupos con problemas a reclamar ayuda del Estado
Arrecian las críticas en Francia ante el "respaldo abusivo" del Gobierno a la empresa
¿Por qué Alstom sí y otras empresas no? Ésta es la pregunta que ha empezado a circular en Francia después de que el Gobierno haya optado por salvar de la quiebra a este grupo industrial aceptando que el Estado se convierta en su primer accionista, con un coste para el contribuyente de 300 millones de euros. Desde el flanco político abundan las críticas por un "respaldo abusivo" que ha abierto la veda a otras empresas con problemas para llamar a la puerta del Gobierno. La más inmediata, Bull, eternamente ruinosa y que en dos meses debe presentar su plan de recapitalización.
Para ambos, estamos ante un caso de "respaldo abusivo" y debieran ser las entidades financieras "quienes corran con los daños y perjuicios". En el consejo de administración de Alstom estaban representadas varias de las bancas que más dinero dejaban a Alstom. Los políticos creen que éstas debieran saber que Bilger protagonizaba una huida hacia delante más que temeraria.
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