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El peaje de la A-37 aumenta el colapso de la N-332 en La Vega Baja

La saturación que sufren las carreteras de acceso al litoral de La Vega Baja se ha acentuado este verano. Un año despúes, la autopista de pago Alicante-Cartagena, lejos de aliviar el tráfico en la N-332, lo ha hecho más conflictivo, sobre todo en el tramo entre Torrevieja y Orihuela, debido a los miles de automovilistas que huyen del peaje. Las retenciones comienzan a primera hora de la mañana y no se interrumpen hasta el anochecer. Hastiados de los atascos, los residentes de la costa han solicitado el desdoblamiento del la carretera nacional 332 como solución a las ya endémicas retenciones.

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Un corredor para las urbanizaciones

Los habituales problemas circulatorios que soporta la carretera de la costa en el tramo de La Vega Baja han desbordado en esta temporada todas las previsiones. El elevado peaje que la empresa Ausur, gestora de la autopista A-37, ha impuesto en los veinte kilómetros que discurren por esta comarca ha ahuyentado a los conductores, que prefieren eludir el pago obligado de la tasa, aunque ello conlleve aguantar las tediosas colas que se extienden desde Torrevieja hasta Pilar de la Horadada.

La congestión viaria comienza a advertirse a la salida de Torrevieja, en dirección a Cartagena, y principalmente a la altura de Mil Palmeras, una urbanización que comparten los términos de Orihuela y Pilar de la Horadada y el primer punto donde los conductores han de abonar la cuota establecida en concepto de peaje. Éste es, paradójicamente, el único tramo de todo el itinerario que no está exento de pago. El resto de la autopista se encuentra liberalizada, algo que ya en su día generó bastante malestar entre los ciudadanos de esta comarca ya que la Vega Baja se convertía de este modo en la zona más perjudicada.

Aunque la adversa climatología del verano pasado contribuyó a aliviar la carga de la saturada carretera de la costa, la fuerte migración turística del presente estío ha agudizado los problemas de tráfico en este tramo de la N- 332. Las paradas son incesantes y obligan a los residentes de las urbanizaciones a invertir más de una hora en sus desplazamientos. Cansados de aguantar con estoicismo esta situación, un grupo de vecinos de Mil Palmeras se ha dirigido al Ayuntamiento para expresar sus protestas y reivindicar el siempre postergado proyecto de desdoblamiento de la N-332. "Los conductores esquivan el peaje de la autopista en Mil Palmeras, que es donde comienza el pago. A principio de julio se inician los problemas y estamos así hasta septiembre. Llega un momento en que es insufrible porque necesitas más de una hora para trasladarte hasta Torrevieja", explica Carlos Ruiz, portavoz de la asociación de Vecinos de Mil Palmeras.

La construcción de la autopista A-37, que fue anunciada por diversos dirigentes políticos como la panacea para erradicar el embotamiento de la carretera de la costa, se ha revelado así como una solución totalmente ineficaz. Los ciudadanos de algunos de los municipios más afectados por el intenso tráfico han reclamado en sucesivas ocasiones la liberalización de la autopista como una fórmula útil para descongestionar la circulación por la N-332, pero hasta el momento las peticiones han caído en saco roto.

El único municipio que disfruta de cierto alivio tras la apertura de la autopista es Pilar de la Horadada, ya que el peaje no se hace efectivo hasta el tramo que arranca en el término municipal oriolano. "Nosotros no apreciamos el colapso circulatorio en toda su intensidad porque afortunadamente el tramo de autopista que cruza por este término aún no es de peaje", confiesa el concejal de Turismo pilarense, José Díaz.

A la saturación y colapso del tráfico rodado por la N-332 en este tramo de la Vega Baja también contribuye de forma acusada la propia configuración urbana de las residencias del litoral de Orihuela, un entramado urbanístico que obliga a sus residentes a adentrarse en la N-332 para efectuar cualquier trayecto, por ínfimo que éste sea.

En este sentido, José Díaz aporta una solución clarividente. "Las urbanizaciones de Orihuela no están diseñadas como las nuestras, que están conectadas por el interior del municipio. Si fuera así los turistas no deberían salir forzosamente a la carretera de la costa para desplazarse a cualquier otra urbanización. Éste es un inconveniente considerable porque provoca muchos más atascos".

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