Las mentiras del colonialismo
Una nueva traducción más sobria y precisa de 'Tierra humana' recupera la primera novela de la tetralogía que Pramoedya Ananta Toer escribió desde la cárcel.
Ya no es tan necesario iniciar la reseña de un libro de Pramoedya Ananta Toer (pronúnciese Pramudia Ananta Tur) con una semblanza del autor, ya que el público español empieza a estar familiarizado con su obra y hasta con su figura, tras el viaje que hizo a nuestro país en el transcurso del año pasado. Hoy día, el lector interesado puede buscar una temprana edición de su primera narración (El fugitivo, Plaza & Janés) o adquirir una novela (La joven de la costa, Destino), el dramático documento autobiográfico sobre las condiciones de vida en la espantosa colonia penitenciaria donde fue confinado por Suharto (Canción triste de un mudo, Txalaparta) y la famosa "tetralogía de Buru", compuesta por las novelas Tierra humana, Hijo de todos los pueblos, Hacia el mañana y La casa de cristal (Txalaparta).
TIERRA HUMANA
Pramoedya Ananta Toer
Traducción de Gloria Méndez
Destino. Barcelona, 2003
352 páginas. 19 euros
Hoy se edita una nueva traducción de la primera de aquellas cuatro novelas, a cargo de Gloria Méndez (responsable también de la traducción de La joven de la costa), que nos ofrece una versión más sobria y precisa que la anterior, debida a Alfonso Ormaetxea, más poética y evocadora.
Son conocidas las penosas circunstancias de elaboración de las novelas del ciclo en la isla de Buru. Privado de medios para escribir (como hombre peligroso por sus ideas comunistas, según sus carceleros), el autor perfila la trama en 1973 narrando los episodios a sus compañeros de cautiverio, hasta que en 1975 la presión internacional consigue que la dictadura le autorice a utilizar la máquina de escribir que le ha enviado como regalo Jean Paul Sartre. Redactado así, el libro ve la luz en 1979, y aunque poco después será prohibido en Indonesia, la obra traspasa las fronteras y llega a los lectores occidentales como la primera hoja de un ambicioso políptico sobre la colonización holandesa de las Indias Orientales y el despertar de la conciencia nacional y, al mismo tiempo, como un vigoroso testimonio de la capacidad de resistencia contra la tiranía.
Tierra humana presenta desde la primera línea (con una fórmula de reminiscencia melvilliana: "Me llaman Minke") al protagonista de toda la serie, la contrafigura de un personaje real, Tirto Adi Soeryo, director del primer periódico editado al margen de los holandeses. La narración se ocupa, con un estilo realista y riguroso, del proceso que lleva a un nativo javanés a descubrir el verdadero rostro de los ocupantes, a través de la historia de Nyai Ontosoroh, vendida de niña como concubina a un hacendado neerlandés. Una historia que externamente se acerca a la de La joven de la costa (vendida en este caso a un bendoro local), pero que aquí se enriquece con un caleidoscópico análisis del marco político y social para dibujarnos un formidable fresco que es una denuncia nada maniquea de las mentiras del colonialismo.
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