Diez años de Radio Tarifa
Celebra el décimo aniversario con su primer disco en directo, 'Fiebre'. Probablemente sea el grupo español más viajero y el que más expectativas ha generado dentro de las músicas étnicas -les siguen desde el productor Nick Gold hasta Public Enemy- con su aproximación a la música andalusí, origen de los folclores españoles y magrebíes.
En la compañía nos dijeron que querían un directo cuando siempre se habían negado", asegura Faín S. Dueñas. "Los directos tienen el calor que no tiene el estudio. Yo lo grabo todo por pistas y el estudio me da la libertad de manejar, dirigir, pero el directo, sobre todo cuando llevas meses rodando, es otro rollo". El disco se titula Fiebre y se grabó el pasado 28 de septiembre durante un concierto de Radio Tarifa en Toronto (Canadá).
Faín cuenta que Vernon Reid, el guitarrista de Living Colour, está interesado en producirles. "Le conocí en un concierto en Nueva York y le di nuestro tercer disco. Él se compró los otros y se ha enamorado de Radio Tarifa", dice. "En el mundillo de los raperos negros tenemos prestigio por el asunto rítmico. Ellos quieren salir de su ritmo único, porque ésa es la riqueza del pop actual, un único ritmo. Me llamó Public Enemy hace año y medio para grabar con él. Al final no pudo ser porque estábamos de gira. Es un mercado sediento. También llamó John Zorn, pero eso quedó cortado por la guerra de Irak", se lamenta.
"Nos han suspendido una gira de veinte conciertos por Estados Unidos porque alegan que es impensable en estos momentos escuchar este tipo de música en una ciudad norteamericana". Ya la última experiencia no fue nada positiva. "Mientras tocábamos, el FBI estaba en el camerino registrando nuestras cosas. Lo dejaban todo en el suelo, supongo que para que tuviéramos claro que éramos sospechosos. A Amir (Haddad) lo empujaban para provocarle, "¡eh tú!, ¡moro!". Así toda la gira. Y lo peor de todo es la sensación de que no tienes derechos", explica. "Cuando pasamos a Canadá, el ambiente cambió absolutamente y nos encontramos por fin a gusto. Creo que eso se nota en el disco".
Diez años han transcurrido desde el primero. Del minúsculo sótano de la madrileña calle de Claudio Coello, en el que nació Rumba argelina, producido por Juan Alberto Arteche, a un antiguo garaje en el barrio de Delicias, que Faín aún está acondicionando. En diez años sólo habían publicado Temporal (1996) y Cruzando el río (2000).
Radio Tarifa nació del en
cuentro del percusionista vallisoletano Faín S. Dueñas con el cantaor granadino Benjamín Escoriza y el francés Vincent Molino, que toca instrumentos de viento y trabajaba como hidrogeólogo en Doñana. Benjamín era arquitecto y Faín se ganaba la vida en el departamento de documentación de Antena 3. "Hacemos nuestras versiones de música tradicional española, una música muy oculta por la cuestión de la raíz árabe. Se puso una frontera hace 500 años, aquí están los malos, los enemigos, el otro, pero una parte de nuestra cultura viene de ahí. Y renunciar a conocerla me parece un suicidio", comenta. "Yo escuchaba por las noches Radio Tánger y grababa cosas. Un día reconocí toda una frase de una canción castellana. Recuerdo que me emocioné. En la música clásica andalusí tienen su origen los folclores españoles y magrebíes. A lo largo de los siglos ha cambiado la instrumentación, la armonía, el lenguaje, pero ritmos y melodías se pierden más difícilmente".
Comentarios elogiosos sobre Radio Tarifa han podido leerse en The Guardian, The New York Times o Le Monde. "Más del 90% de nuestros conciertos y discos son vendidos fuera de España", explica. El grupo ha tocado en festivales europeos como Womad, Sfinks o Nyon, y en países tan lejanos como Australia. "Si no fuera por eso, alguno de nosotros estaría trabajando en un banco", confiesa Faín. "Tenemos complejo de nuestras tradiciones. Lo primero que te pregunta la gente cuando le dices que has tocado en Nueva York es, '¿y qué piensan allí de nosotros?'. Ese complejo espantoso que da vergüenza ajena".
"Una propuesta musical española no puede competir con las de Estados Unidos o el Reino Unido, porque no se trata de una música contra otra, sino de una industria contra otra. Eso ha provocado que el mercado español esté al servicio de ellos y el resultado es un tipo de modernidad que consiste en copiar: soy moderno porque me pongo la ropa que se lleva. Está todo tan pervertido que he oído a músicos creativos decir 'lo que hay que hacer es tal porque es lo que se lleva ahora'. Pero bueno, ¿es que tú no tienes nada que decir? Hay que reivindicar la creatividad y la salida del papanatismo".
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