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Los incendios se multiplican, obligan a desalojar a 2.900 personas y bloquean la autopista a Francia

Cataluña sigue ardiendo. Sin respiro. Justo cuando el incendio que afecta a las comarcas del Vallès y del Bages desde el pasado domingo comenzaba a quedar bajo control, sucedió otro desastre.

Otro incendio de grandes dimensiones comenzó a arder en la tarde de ayer en tres frentes muy próximos, desencadenados dentro del plazo de apenas media hora: Llagostera, a las 14.45 horas, Torder, a las 14.54, y Maçanet de la Selva, a las 15.19 horas. Ardieron 450 hectáreas.

Más aún. Un nuevo fuego prendió 100 hectáreas en Olèrdola (Alt Penedès), aunque en este caso los bomberos esperaban controlarlo a última hora de la noche. En cambio, el fuego de las comarcas del norte presentaba muchas más dificultades ya que los frentes de Maçanet y Tordera acabaron uniéndose tras cinco horas de combustión. Sus dimensiones obligaron a desviar la mayor parte de los helicópteros e hidroaviones que trabajaban en el incendio del Vallès.

La simultaneidad de los nuevos focos, muy próximos (en Maçanet, Tordera y Llagostera), levanta sospechas
El fuego del Vallès y el Bages se da oficialmente por controlado; pero surge otro en el Alt Penedès
Los cinco miembros fallecidos de la familia Fernández reciben el homenaje de sus vecinos en un nutrido funeral
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El desastre se traslada a las comarcas de Girona: los esfuerzos se centran en controlar el foco de Maçanet
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A última hora de la tarde se había desalojado a cerca de 2.900 personas en seis urbanizaciones amenazadas por las llamas. "Es la tercera vez en pocos años que me desalojan por culpa de un incendio, pero nunca antes el fuego se arrimó tanto", se quejaba amargamente uno de ellos, Francisco Ortiz, vecino de la urbanización Mas Altaba, de Maçanet.

Carreteras cortadas

A causa del intenso humo, la policía decidió cortar la N-II y la autopista A-7 -durante tres horas-, así como otras vías comarcales, lo cual causó un gran colapso circulatorio en las rutas de acceso de Barcelona a Girona, a la Costa Brava y a Francia. Estas vías fueron reabiertas a primera hora de la noche. Pero lo que no se disipaba era el profundo olor a madera quemada, que se percibía incluso en la ciudad de Girona, a una cuarentena de kilómetros de las áreas machadas.

Mientras, el incendio del Vallès Occidental, que arrancó el pasado domingo, seguía activo al cierre de esta edición. El conseller en cap, Artur Mas, avanzó que la situación se encontraba bajo control, aunque los diferentes frentes activos todavía dieron importantes sustos a los bomberos.

Ya a las tres de la madrugada de ayer uno de los focos, junto a Granera, volvió a activarse peligrosamente. Durante la mañana las llamas se calmaron y quedaron bajo control, pero con el calor del mediodía volvieron a reactivarse hasta quedar descontroladas a última hora de la tarde en la zona de Mura. Ahí, muy cerca del área ya afectada por las llamas, el fuego avanzaba de forma incontrolada a primera hora de la noche, saliéndose del área afectada. Siete helicópteros e hidroaviones se sumaron a las 500 personas que trabajaban en tierra.

En total, las hectáreas quemadas son unas 5.000, cifra que las autoridades no actualizarán hasta que el incendio esté extinguido. Sin embargo, nadie se atrevía anoche a pronosticar cuándo sucederá. Los cuerpos de seguridad investigan el origen del incendio. Cada vez están más convencidos de que fue provocado en varios de sus frentes.

Lo mismo sospechan con los fuegos del norte, cuya simultaneidad levanta mil sospechas. Así lo subrayó anoche el alcalde de Llagostera, Lluís Postigo. Los bomberos tenían indicios de que el incendio de Maçanet empezó por varios puntos, y Mas afirmó anoche que lo importante ahora, no es "pensar en las causas", sino "apagar fuegos y salvar vidas". Pero lamentó las dificultades añadidas que encuentran los bomberos a causa de la presencia de urbanizaciones sin las medidas contra incendios necesarias. El consejero recordó que las urbanizaciones empezaron a crearse en Cataluña "hace 40 años, cuando no había ningún tipo de control urbanístico".

El incendio de Sant Llorenç Savall es el más importante del verano en Cataluña. Y el más dramático: ayer se enterró en Sabadell a los cinco miembros de la familia Fernández, fallecidos cuando estaban a punto de alcanzar un albero. También el desastre ecológico es notorio: entre incontables zonas de alto valor ecológico, ha calcinado el 10% del parque natural de Sant Llorenç del Munt, uno de los más apreciados por los barceloneses.

Lengua de fuego

Este fuego empezó la tarde del domingo en un camino cercano al municipio de Sant Llorenç que tenía el paso restringido a causa precisamente del alto riesgo de incendio forestal de la zona. De Sant Llorenç el fuego avanzó de manera incontrolada hacia el norte y en la madrugada del lunes se declaró otro foco en la localidad de Gallifa, muy cerca de Sant Llorenç.

Vecinos de Gallifa -donde está situada la fundación del ceramista Llorenç Artigas- apuntan incluso el nombre de un individuo que ya ha sido detenido anteriormente acusado de piromanía. Siempre que el tal individuo aparecía por el pueblo, surgían pequeños focos de fuego.

Alarma

Los bomberos estuvieron remojando el suelo afectado durante toda la jornada. También tuvieron que sofocar pequeños rebrotes que causaron más de una alarma. El principal temor era que el rebrote de Gallifa no pudiera controlarse y alcanzara el municipio de Sant Llorenç, pero el mal presagio no cristalizó.

El director general de emergencias de la Generalitat, Ramon Bonastre, dijo ayer por la mañana que su estrategia es mantener el perímetro exterior del incendio.

fuego no se dará por extinguido hasta dentro de bastantes días y queda mucho trabajo por hacer, añadió.

Otra importante tarea es la de limpiar el monte, eliminar obstáculos y facilitar el camino a los vehículos de los bomberos. Para realizar esta labor, ayer, llegaron tres retroexcavadoras de grandes dimensiones que permitieron abrir zanjas, cortafuegos y vías de acceso a zonas con riesgo de verse afectadas por las llamas. Parte de este material fue cedido por el Ejército de Tierra. El Gobierno catalán y el Ministerio de Defensa evalúan la posibilidad de enviar soldados a las zonas de desastre.

Desolado paisaje en Granera tras el incendio.
Desolado paisaje en Granera tras el incendio.CARMEN SECANELLA

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