Maura hace de loca en 'La promesa', de Héctor Carré
Para una mujer maltratada hay pocas formas de salir de ese círculo infernal, máxime cuando tiene una enfermedad mental. En La
promesa, que el próximo 28 de agosto comenzará a rodar, entre Galicia y Madrid, el director Héctor Carré, Gregoria, interpretada por Carmen Maura, se salva gracias a su imaginación. O eso cree ella.
La promesa es el tercer largometraje de Héctor Carré (A Coruña, 1960) después de Dame Lume (Dame fuego) y Dame
algo, que coincidían, además de en el título, en el protagonismo de Nancho Novo. Dame algo consiguió para la pareja los premios al mejor actor y director en el Festival de Cine Fantástico de Oporto en 1998. Ahora, Carré ha optado por un cambio de registro, e incluso de estilo visual. "Es una película muy dramática, versa más sobre el cariño que sobre la violencia, es una aventura interior contada de forma subjetiva", explica el autor. La
promesa, que fue uno de los 10 seleccionados por el Proyecto Equinoxe, una iniciativa apoyada por el Plan Media europeo de ayuda al cine, estaba escrita para Carmen Maura y Ana Fernández, reconoció Carré en la presentación de la película. "He tenido la inmensa suerte de que esas opciones se convirtiesen en reales", señaló.
El guión convierte a Carmen Maura en un ama de casa madrileña con un matrimonio y una percepción de la realidad un tanto alterados. Lo uno la conduce periódicamente al hospital y lo otro a ver una señal del destino en cada hecho fortuito. Impulsada por una extraña visita, decide emprender un viaje en el que cambiará de familia, de identidad, de vida y de nombre, Celia. "Gregoria-Celia sería una más en la lista de víctimas que salen en los periódicos porque no pueden escapar. Ella sí, porque cree en el milagro".
Carmen Maura coincidió en el rodaje de Lisboa con Carré, que era ayudante de dirección de Antonio Hernández, y aceptó de inmediato su oferta cuando leyó el guión. "Gregoria, cuando viene a Galicia y se convierte en Celia, es una extranjera que está en un mundo irreal", comentó la actriz, que se mostró además muy agradecida "porque un papel de loca o esquizofrénica permite jugar con muchos matices, de lo triste a lo alegre". Igual de agradecida está Ana Fernández porque su personaje, Dorita, es una mujer de clase alta. "Siempre tiene que estar guapa y arreglada, lo que no deja de ser un cambio en mi trayectoria", ironizó la actriz de Solas. El que no tiene experiencia es Santiago Barón, un niño de ocho años seleccionado entre un millar de candidatos para interpretar a Danielito, el hijo de Dorita.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.