Un joven cae desde un séptimo piso al instalar el aire acondicionado

Jesús Lemos Fernández, de 28 años, falleció ayer en la localidad de Móstoles al precipitarse desde un séptimo piso mientras intentaba colocar unos cables para instalar en su vivienda un aparato de aire acondicionado.

El suceso ocurrió en el número 38 de la calle de Baleares. Cerca del mediodía, la vecina del quinto, Mari Cruz, se asomó a su ventana y vio dos pisos más arriba a Jesús Lemos, con parte del cuerpo fuera, manejando unos cables que colgaban del exterior. "Estuvimos hablando un rato. Él me contó que estaba haciendo obras y luego yo me metí en casa", explicó ayer esta vecina.

A los diez minutos, Mari Cruz fue avisada por su hermana de que "algo horrible" había ocurrido en el inmueble. Entonces volvió a asomarse por la ventana. Abajo, en el suelo, en medio de un charco de sangre, estaba tirado Lemos. Sus manos estaban llenas de cortes: al caerse, según los investigadores, intentó aferrarse a los cables que ayer por la tarde aún colgaban del séptimo piso. Pero todo fue inútil.

Hasta el lugar se acercó una ambulancia del Summa. Los facultativos del servicio sanitario de urgencias de la Comunidad de Madrid sólo pudieron certificar a su llegada el fallecimiento del joven. "El chaval debió resbalar, el impacto fue terrible", señaló una portavoz del 112.

Lemos trabajaba en una fábrica en Fuenlabrada. El joven había comprado el piso junto a su novia hacía tres o cuatro años, según explicaron algunos vecinos. "Apenas les conocíamos, porque no vivían aquí. Sin embargo, desde hace unos meses venía el chico para supervisar las obras que estaban haciendo unos trabajadores en la casa", explicaron. En cambio, el joven decidió instalar el aire acondicionado él mismo.

La mayoría de los residentes vio por primera vez a Jesús Lemos hace unos días en una reunión de vecinos. La víctima contó a algunos de los vecinos del inmueble que su intención era irse a vivir con su novia en dos meses.

Otros aseguraron que la pareja planeaba casarse el próximo mes de octubre. "Estaban muy ilusionados, como cualquier pareja que empieza una nueva vida", comentaron varios vecinos en corrillo. En la puerta de la vivienda de los jóvenes ni siquiera está instalado el timbre de llamada. Tan sólo una alfombrilla y los restos de polvo de obra en la puerta delataban que por allí había pasado alguien y que se habían hecho trabajos en la casa.

Familiares y amigos se acercaron ayer hasta el tanatorio de Móstoles para velar el cadáver de Lemos. Su padre, rodeado de familiares, apenas podía articular palabra. "Yo no sé nada, sólo que mi hijo Jesús ha muerto y que la policía ha tardado mucho tiempo en localizarnos y avisarnos de lo ocurrido. No lo entiendo", comentó, mientras otros familiares trataban, en vano, de consolarle.