"El PP tiene gran responsabilidad en la degradación de la democracia"

El alcalde donostiarra, el socialista Odón Elorza (San Sebastián, 1955), considera imposible reeditar un pacto de gobierno con el PP, pero está abierto a sellar alianzas estables con otros grupos, pese a su distanciamiento de la coalición nacionalista. Harto de la "degradación de la democracia", en gran parte "responsabilidad del PP" y escéptico ante el plan Ibarretxe, Elorza centra sus esfuerzos en el desarrollo de la vivienda protegida y en el impulso de nuevos proyectos para la ciudad.

Pregunta. Mañana arranca la Semana Grande. ¿Para usted son días de fiesta o de trabajo?

Respuesta. De más trabajo. Sufro como alcalde porque la vida de la ciudad está alterada por la fiesta -cierres al tráfico, seguridad de los fuegos,...- y al acabar hay que ponerla en condiciones de limpieza y normalidad. Pero es un sacrificio que tomo con ganas. Esta ciudad está rodeada de un cierto halo de tristura provocado fundamentalmente por el terrorismo y la confrontación política y la gente necesita divertirse.

"Gobernar esta ciudad es una tarea harto difícil. Soy un alcalde sin padrinos"

"En plenas condiciones de paz y libertad, que vengan las consultas que quieran"

P. ¿Es de los que cumple con el rito de fuegos y helado?

R. De vez en cuando, sí. Si hay una tradición en la Semana Grande son los fuegos, los gigantes y cabezudos y, por supuesto, el helado.

P. ¿Desconecta en vacaciones?

R. Sí, aunque he seguido con lecturas relacionadas con mi trabajo y mis deberes de euskera, he aprovechado para pasear, jugar al ajedrez y estar con mi mujer y mis amigos.

P. ¿Cuáles van a ser sus prioridades a partir de septiembre?

R. Aprobaremos el borrador del primer presupuesto participativo de San Sebastián, los documentos del programa de gobierno y lo más importante: tenemos que lograr un acuerdo básico sobre los grandes proyectos de vivienda protegida. El plazo es septiembre; el PNV y el Partido Popular tienen que definirse ya.

P. Parece difícil tras el pleno de julio, en el que se paralizó la operación de Txomin Enea...

R. Creo que PNV-EA no ha acabado de asumir que ha perdido las elecciones. No puede posicionarse en contra de este proyecto, que tiene todos los avales técnicos, por el simple hecho de que no forma parte del gobierno. Atravesamos días de enfriamiento de cara a un posible pacto de gobierno.

P. ¿Descarta reeditar una alianza estable con el PP?

R. Lo veo imposible. Otra cosa es que quepan acuerdos puntuales o presupuestarios. Tenemos grandes diferencias de modelo de ciudad, sobre sostenibilidad y VPO. Aquí sucede lo contrario que en la Comunidad de Madrid: habría que investigar por qué no nos dejan desarrollar viviendas protegidas.

P. ¿A qué lo atribuye usted?

R. Dicho de forma elegante: por fastidiar.

P. El PP le suele acusar de hablar de diálogo y no practicarlo. ¿Admite alguna crítica de las que le hace la oposición?

R. Salvo la falta de diálogo -estamos todo el día dialogando-, otras muchas. No soy perfecto, pero gobernar esta ciudad es una tarea harto difícil. Soy un alcalde que no tiene padrinos: ni los medios de comunicación a mi servicio, ni los grandes medios económicos de la derecha,... Y lo más importante: no tengo correligionarios ni en la Diputación, ni en el Gobierno vasco ni en Madrid. No me gustan los toros, pero toreo bastante.

P. ¿Tiene intención de saltar a la arena supramunicipal?

R. Acabamos de revalidar la alcaldía y no me lo he planteado. Lo que me preocupa es presentar el programa para que se introduzcan modificaciones o para que quizá algún grupo se incorpore al gobierno. Ésa es mi máxima ilusión y, sobre todo, culminar algunas operaciones como la reforma de Anoeta y avanzar en las nuevas ideas que van a sorprender. Si no fuera así, el primer aburrido y decepcionado sería yo.

P. ¿Pero lo descarta o no?

R. Sigo en la vorágine municipal y no me dedico a reflexionar sobre la alta política. Estoy harto del lugar al que están llevando la democracia unos y otros, particularmente Aznar.

P. ¿Se siente tan lejos del PP como del PNV?

R. Me siento lejos de los dos, aunque más del PP. Pienso que tiene una gran responsabilidad en la degradación de la democracia y del Estado de Derecho. Ojalá el PSE encuentre una salida propia audaz.

P. ¿Cree que la de Ibarretxe es solución?

R. Habrá que juzgar el documento definitivo, pero no tiene buena pinta. Parece que el PNV plantea como salida a este país sus postulados de partido y eso no es ni generoso ni inteligente. De ser así, veo poca capacidad para generar mayor consenso que el Estatuto de Gernika.

P. ¿Por qué hay tanto miedo a una consulta popular?

R. En plenas condiciones de paz y libertad, que vengan las consultas que quieran.

No me dan miedo, si es clara la pregunta exacta como dictaminó en su día el Tribunal de Justicia de Canadá para el caso de Quebec. Pero sólo el anunciarlas en momentos de falta de libertad genera incertidumbre, y desgarros políticos y sociales.