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Reportaje:VIVIR MEJOR

Sobre dos ruedas y sin humos

En bicicleta se ahorra energía y dinero, también se circula más rápido y más tranquilo, pero los ciclistas urbanos reclaman más seguridad

Blanca Cia

Doce minutos frente a 22. Estar en forma. Ver el panorama a 10 kilómetros por hora. Ahorrar. No contaminar. Estar de mejor humor. Es el resumen de un usuario de la bicicleta en Barcelona. Juan Jiménez, de 30 años, hace el recorrido diario desde Gràcia hasta Rocafort-Mallorca en 12 minutos. Antes iba en metro y empleaba exactamente 10 minutos más. "Y me gastaba 30 euros al mes. Ahora me sale gratis, hago ejercicio y veo una ciudad diferente". Juan forma parte del colectivo de barceloneses que se han pasado a la bici recientemente. Barcelona estrenó el primer carril bici, en la Diagonal, en 1992. Siete años después, había 106 kilómetros de carril bici. Ahora, 125.

Si hace tres años los usuarios de la bicicleta eran unos 25.000, en 2002 pasaban de 30.000. El incremento ha sido prácticamente del 18% en sólo tres años. Y podrían ser muchos más. ¿Cuántos? El doble, como mínimo. La orografía de la ciudad lo permite: el 82% de su superficie es apto, según estudios topográficos. La climatología, también. Lo que falta es mejorar las condiciones de seguridad de los carriles bici y más aparcamientos. La decisión de pasarse a la bici suele estar directamente relacionada con el hastío del tráfico de una ciudad. Pero hay más motivaciones. Juan, por ejemplo, se había cansado del transporte público y quería hacer algo más de ejercicio: "Quería moverme con más libertad y es más sano". Reconoce que se compró la bici con cierta cautela, "no sólo por el tráfico, sino porque pensaba que pasaría calor, que sudaría y esas cosas. Tengo que ir un poco arreglado a trabajar y hasta creí que me haría falta llevar ropa de recambio. No ha sido necesario".

La seguridad es una demanda de Juan y de todos lo que circulan en bici por la ciudad. La mayoría de los carriles bici de las calzadas están separados del resto de tráfico sólo por una línea de pintura blanca. Evidentemente, la pintura no obstaculiza la invasión por parte de coches y motocicletas del espacio de los ciclistas, que muy a menudo "sienten" la ráfaga de aire que desplaza una motocicleta que prácticamente les ha rozado. "Los carriles bici en las aceras restan espacio al peatón. Lo ideal es que los carriles bici estén bien segregados en la calzada del tráfico -como el del Paral.lel y el de Provença- y eso significa obstaculizar la invasión del espacio por algo más que una simple banda de pintura". Ésa es la opinión de Miquel Santalices, otro usuario y propietario de Espai Bici, uno de los establecimientos nacidos con el auge de la bicicleta urbana. Porque a mayor uso, mayor demanda. De todo, de bicis y de una amplia gama de complementos. Sobre todo de candados, un objeto del que depende la vida de la bici. Por lo menos, en manos del primer propietario.

La oferta mayoritaria, unos 40, es de establecimientos de compra de bicicletas y talleres. Los puntos de alquiler sólo son cinco. En la montaña de Montjuïc, los fines de semana también es posible alquilar bicicletas. Y con vistas a 2004 el Ayuntamiento quiere poner en marcha un sistema de alquiler de bicicletas en autobuses, algo que ya funciona en otras ciudades, como París.

Una de las pruebas del auge de las bicicletas son los cursillos básicos de mecánica que imparten varios establecimientos especializados. Hasta hay clases para aprender a ir en bici. Las organiza el Bicicleta Club de Catalunya (BACC), por el que han pasado más de un centenar de personas. "Algunas se habían olvidado y otras nunca habían subido en una bici", explica Diana González.

Las prisas son bastante incompatibles con la bicicleta. Y aunque se trata de un transporte frágil, el número de accidentes de bicicleta dista mucho del registrado entre vehículos. Un estudio realizado por la Comisión Europea señala, por ejemplo, que el número de accidentes de vehículos con conductores de entre 18 y 24 años es del 33,5%, frente al 7,7% en el caso de los ciclistas. Entre los 25 y los 29 años, la siniestralidad es del 17% de los conductores frente al 8,2% de los ciclistas.

Más razones. En ciudad, la bicicleta es un medio de transporte tan rápido como el coche o más, si se tiene en cuenta que la bici va de puerta a puerta. Ese mismo estudio sostiene que una bicicleta es más rápida que un coche en distancias urbanas inferiores a los cinco kilómetros. Y sin humos.

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Sobre la firma

Blanca Cia
Redactora de la edición de EL PAÍS de Cataluña, en la que ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en diferentes secciones, entre ellas información judicial, local, cultural y política. Licenciada en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

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