"Nunca me pidieron que evitara ciertas cosas en HG"

Insiste en que disfruta con su trabajo, aunque su vida está fuera de la televisión. Este verano, Jesús Vázquez (Ferrol, A Coruña, 1965) ha presentado junto a José María Íñigo las galas del "concurso musical con famosos" Vivo cantando, que hoy concluye (22.00) su recorrido con un catálogo de imitaciones a cargo de Carlos Latre y las actuaciones de Raúl y Geno. Vázquez regresará en otoño con El debate de Gran Hermano 5.

Pregunta. Desde que hace un año volvió a Tele 5 ha dado la cara en Popstars, El debate..., Nadie es perfecto, Hotel Glam (HG) y Vivo cantando. ¿En qué formato se ha sentido más cómodo?

Respuesta. Donde me lo he pasado mejor es en Hotel Glam, sin duda ninguna. Cómodo, cómodo, no, porque no era un programa cómodo, sobre todo para mí, que tenía que controlar todo aquello. He estado muy a gusto con Vivo cantando, porque los protagonistas son profesionales, muy disciplinados, todo está en su sitio y a su hora. Pero a mí me gustan los retos.

P. Y parece que también a la audiencia. Hotel Glam se despidió con un 26,6% de cuota de pantalla (4.048.000 espectadores) y Vivo cantando ha tenido el 20,1% (2.380.000).

R. Hemos fomentado el reality. No por subir la audiencia, sino porque hemos creado una costumbre. Un programa donde sólo se canta... Yo ahora añoro un poco de frenesí en mi vida profesional. En cualquier caso, a los cantantes se les ha seguido con cámaras. A lo mejor es verdad que son tan buenos compañeros y profesionales que nunca han tenido una disputa.

P. El consejero delegado de Tele 5, Paolo Vasile, asegura que sacó a Gestmusic, la productora de Hotel Glam (y de Vivo cantando), una tarjeta amarilla ¿A usted le amonestaron?

R. A mí nadie, ni en Tele 5 ni en Gestmusic, me enseñó tarjeta amarilla. En todo momento apoyaron mi trabajo, me dijeron que estaba haciendo exactamente lo que esperaban, e incluso más. Cada vez que terminaba un programa recibía mensajes de mis jefes -Tele 5, porque mi contrato es con la cadena-. Mensajes de felicitación, de alabanza y de satisfacción. Hasta el último día. En ningún momento se me pidió que cambiara, que cortara, que censurara, que controlara más, que evitara ciertas cosas... Nunca. No sé qué ha pasado después. Me temo que es algo que supera al propio formato y al programa. Por desgracia, porque creo que una vez más vuelve a mezclarse otro tipo de historias, y que no sé si son políticas, estratégicas o realmente sinceras. Como no lo sé, respeto la opinión. Además -quizás porque mi padre es militar y me lo ha enseñado-, soy de los que cuando trabajo en equipo creo que debemos ser una piña y tener una sola voz. ¿Que en lo personal no lo comparto? Afortunadamente trabajo en una cadena donde se respeta la libertad de opinión.