A palos con los palos

Eldrick Tiger Woods ha perdido distancia. Lo dicen las estadísticas. Los números fríos de la Asociación de Golfistas Profesionales. De tener una media de distancia de más de 300 yardas y ser el más duro pegador del mundo, ha pasado a ocupar el puesto 24 entre los pegadores con 293,4 yardas. Sólo un poquito más que Sergio García, el siguiente de la lista con 293. La culpa de este descenso en la fuerza del coordinado latigazo del estadounidense es un contrato de más de 100 millones de euros con la firma Nike.

Una relación comercial que le obliga a utilizar las maderas de esta marca, y, especialmente su driver. Este palo es el más complicado de controlar de la bolsa. Con él se puede hacer volar la bola muy lejos, pero se pierde precisión. De hecho, muchos aficionados lo evitan y apenas lo usan, sacrificando metros por seguridad. El Tigre, que entre 1999 y 2001 ganó cinco de los seis grandes con maderas de la casa Titleist -sobre todo su driver, el 975D-, quiere volver a recuperar la sensación de golpear con una madera poderosa y, al tiempo, fiable. Y lo ha dicho. Que no quiere usar más el palo de Nike. Que con él pierde oportunidades y, seguramente, hasta torneos. "No tengo confianza con mi driver y necesito recuperarla". No es sólo que ya no haya que agudizar tanto la vista para seguir el vuelo de la pelota, sino que además el porcentaje de veces en que alcanza la calle desde el tee es cada vez menor. El Tigre consigue evitar el rough más o menos en el 64% de sus salidas. Una cifra que le convierten en el jugador número 128º de los 196 que componen el circuito norteamericano.

Ya en el desafío que perdió junto al surafricano Ernie Els en Palo Alto ante Sergio García y Mickelson, Woods desempolvó su vieja madera Titleist. Perdió el medio millón de dólares, pero recuperó viejas sensaciones.

La decisión coincide con una agresiva expansión comercial de Nike en el mercado del golf, al que desembarcó hace no demasiados años. "Woods es nuestro cliente número uno, pero también nuestro usuario más incómodo", reconoció Mike Kelly, el encargado de esta división de negocio de la compañía estadounidense, a The Guardian. "No tenemos lo que quiere en este momento", concluyó. Sin embargo, Kelly está dispuesto a acceder a los deseos de Woods. En lo que no cederá es en que el nombre de la multinacional aparezca en todas las gorras que utilice el estadounidense. También aseguró que la marca estaba rediseñando el driver y que no perdían las esperanzas de volver a "seducirlo".

El californiano quedó en el cuarto lugar en el pasado Abierto Británico, que venció el sorprendente debutante Ben Curtis. Allí dejó algunas imágenes de desconcierto que tuvieron mucho que ver con el uso de las maderas. Por ejemplo, la salida del tee del uno, en la que perdió la bola de salida en una agreste zona de maleza alta. Hizo un triple bogey que le lastró durante todo el campeonato. Según Phil Mickelson, el zurdo, uno de los mejores estadounidenses del circuito, "Woods es el único jugador del mundo que puede ganar un torneo usando una equipación inferior a la de los demás. Pero ya se ha cansado de jugar así". Woods finalizó el 20º en el Abierto de EE UU y el 15º en el Masters de Augusta.

El Tigre había realizado el proceso de cambio de material a Nike en varias etapas. Primero, en mayo de 2000 empezó a jugar con sus bolas. Luego, en septiembre de 2002 utilizó los hierros de esta marca.

Curiosamente, mientras Woods parece que retrocede, la mayoría de los golfistas estadounidenses, según un estudio publicado en la revista Golf Digest, han aumentado en más de 10 yardas de media su capacidad de mandar lejos la bola con el driver. Pero al parecer, no todos. Casi todos. Al Tigre le ha sucedido justo lo contrario. Cosas de la publicidad.