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Entrevista:JOSEBA BELOKI | Ciclista del ONCE-Eroski

"No quise ver el podio en directo"

Joseba Beloki se mueve en silla de ruedas, aunque a ratos se atreve con las muletas. Con la única articulación que le funciona, el brazo izquierdo, mueve la rueda de un lado a otro, inquieto. Aún pasa las noches en un duermevela, recordando los efectos de su caída. Pero, en el fondo, Beloki está de buen humor. El lunes le dieron una buena noticia: no tendrá secuelas. Es decir, podrá llegar al Tour de 2004 como al de este año, pensando que por fin puede batir a Lance Armstrong.

Con sus casi 40 grapas, cinco tornillos y una placa en la cadera, y sus 18 grapas, cinco tornillos, agujas y alambres en el codo, dedica tres horas diarias a la rehabilitación. Por las tardes, sale a pasear por Vitoria, con su hermano, Gorka, empujando la silla. A su lado, Gema, la esposa de Joseba, que espera a dar a luz una niña en apenas cinco días. En la calle, se le acerca constantemente gente desconocida, dándole ánimos.

"Si Armstrong hubiera tenido nuestra mentalidad, habría perdido el Tour"
"Llevo muy mal lo de dormir; la cabeza me ha dolido más que el golpe en sí"

Pregunta. ¿Siente que ha ganado popularidad?

Respuesta. La gente está más sensibilizada por la ilusión que puse a partir de la etapa de Alpe d'Huez, y que al día siguiente se vino abajo con la caída. La gente me lo ha reconocido. Si hubiese ido a rueda hasta el día en que me caí, no habría tenido tanta repercusión.

P. Como usted predijo, se vio a un Beloki diferente.

R. Siempre había dicho que en el Tour hay que atacar. El problema es que hay que poder hacerlo. El año pasado lo intenté en el Mont Ventoux y no le hice ni cosquillas [a Armstrong]. Para eso es mejor no atacar. Este año, por mi condición física, me aventuré en los Alpes, aunque no eran los días en los que tenía puesta la cruz. Tenía claro que la primera contrarreloj iba a hacer muchísimo daño. He mejorado en esa especialidad y sé que me la puedo jugar en un mano a mano. También estaba esperando a los Pirineos, donde me había entrenado días antes. Hasta entonces, era cuestión de tantear.

P. Todos se preguntan qué habría ocurrido en el Tour si Beloki no se hubiera caído. ¿Usted se lo ha preguntado también?

R. Sí, claro, porque me encontraba bien. Podía incluso guardar cartas en carrera, había corrido muy seguro, siempre adelante, nunca me había abroncado Manolo [Saiz] por ir a cola, me había librado de todo. Y me caí yendo el primero en el grupo. Nunca lo había hecho porque no tenía esa seguridad. Lo hice para evitar caídas y, mira, me tocó a mí. Mentalmente iba más fuerte y estaba convencido, convencidísimo, de que Armstrong iba mal.

P. Casi todos se cayeron (Armstrong, Mayo, Hamilton, Ullrich...), pero usted se llevó la peor parte.

R. De lo que más me arrepiento ahora es de haber controlado el primer envite que me pegó la bici. Porque si hubiese salido disparado a la primera, habría perdido dos minutos en meta y ahora mismo estaría con el Tour acabado.

P. ¿Le ha dado muchas vueltas?

R. Sí, sí. Llevo muy mal lo de dormir. La cabeza me ha dolido más que el golpe que me he dado. Para un corredor que prepara sólo un objetivo esto es jodido. Este año era muy importante para mí.

P. Desde dentro se ven gestos. ¿Vio alguno de Armstrong que le convenció de su mal momento?

R. El día de Alpe d'Huez se vio. Su equipo apretó al principio del puerto y él fue quien paró. Después vinimos los demás por detrás. Armstrong, el bueno, habría aprovechado ese momento. Después, el día en que me caí, ataqué en el primer puerto, y él vino conmigo. Nada más cogerme, le hice el gesto de irnos los dos juntos porque Mayo no venía y Ullrich se había quedado, y me dijo que no. Y, claro, yo no me lo iba a llevar a rueda porque no le pensaba regalar el Tour. Luego vinieron los demás. Ahí vi que era vulnerable. Pero también he visto que ha ganado el Tour con una enorme inteligencia. Si Armstrong hubiera tenido la mentalidad de cualquiera de nosotros, habría perdido el Tour, seguro.

P. ¿Entonces, todavía sigue por encima del resto mentalmente?

R. Sí, sí. El día del Tourmalet se rió de todos a la cara. Es muy inteligente. Ha sacado un provecho impresionante a un estado de forma del 80% en comparación con el año pasado.

P. Ahora, la pregunta del millón es: ¿ganará Armstrong el sexto T...?

R. No [responde sin esperar al final de la pregunta]. No sé, es posible. Siempre digo que todo corredor que toma la salida puede ganar el Tour. Muchos me criticaron cuando dije que para estar arriba hay que haberlo probado antes o, si eres novato, ser un corredor de mucha clase. Nunca se le puede dar a nadie como favorito sin haberle visto correr un Tour. Aitor González ha tenido problemas, Botero también, Simoni, Garzelli... Al final siempre están los mismos. Armstrong, estando mal, ha dejado a los euskatel quinto y sexto, a siete minutos. Y el cuarto puesto se ha conseguido gracias a una escapada. Me dio pena que Haimar no haya podido entrar en el podio. Hemos visto un Tour muy atípico.

P. ¿Le sorprende la excelente respuesta de Ullrich después de un año sin competir?

R. Armstrong estuvo un año enfermo y volvió diferente. Ullrich, un año sin correr y lo mismo. Jalabert se cayó en un Tour, estuvo mucho tiempo sin competir, y volvió diferente... Ahora mismo me hago esa pregunta. Creo que te cambia todo. Lo voy a pasar mal. He sufrido viendo el Tour y sé que en la Vuelta a España también sufriré.

P. ¿Superar el techo de sufrimiento refuerza a un ciclista?

R. Nunca me habían escayolado, ni operado de nada. Me ha llegado todo de golpe y eso supone un choque muy fuerte. A partir de ahora, voy a saber aprovechar los momentos. No quise ver el podio en directo, sólo en los telediarios. Ahora he encontrado el verdadero valor de los tres podios que hice en el Tour. Cuando subí, estuve muy seco allá arriba, no me fui a celebrarlos con nadie. Lo tomaba como parte de mi trabajo y algo normal. Este año me ha faltado y me ha dado rabia no poderlo disfrutar.

P.¿Qué etapas ha seguido por televisión?

R.A cachitos, porque tenía muchas visitas en el hospital. La etapa de Luz Ardiden y la última contrarreloj las vi enteras. Pero tampoco tenía demasiado interés porque cuanto más pensaba, peor me sentía... Estoy mal, estoy mal. Pero sacaré la espina el año que viene.

P.Su buena forma en este Tour se debió a que pudo prepararlo sin ningún contratiempo por lesiones o problemas. ¿Llegará bien a la pretemporada?

R. Sí, quiero llegar otra vez a enero en las mismas condiciones que este año. Tengo todos estos meses para trabajar. En octubre y noviembre, que es época de descansar, descansaré menos.

P.Acaba contrato y su renovación sigue pendiente. ¿Ha cambiado algo la situación en estas semanas?

R. No. Manolo Sainz decide esta semana si hay un proyecto nuevo. Con él no hay ningún problema, tengo confianza. Yo necesito dos años, no me lo puedo jugar a uno [es cuanto le puede ofrecer la ONCE]. Quiero correr los dos próximos Tours y es mi último contrato importante. Después me gustaría probar y jugármela a la Vuelta a España, por ejemplo.

P.Ahora queda Armstrong, con 32 años, usted y Ullrich, con 30, y por detrás la nueva generación. ¿No teme que ellos les adelanten?

R.Eso puede pasar. Sé que he sido un corredor Tour. Pero, como yo aparecí de repente, puede aparecer otro. Basso, Zubeldia, Sastre, Chavanel, Mayo... alguno de ésos saldrá. Un día el Tour te cambia. ¿Alguien pensaba que Zubeldia estaría ahí este año, con esa soltura?

Joseba Beloki, sonriente, en su silla de ruedas.
Joseba Beloki, sonriente, en su silla de ruedas.L. RICO

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