La tetrapléjica estafada por su abogado cree que la sentencia condenatoria "es una medida insuficiente"

Bernardetta Lewandovska, cuyo abogado ya fallecido se apropió de 901.000 euros de la indemnización que recibió tras sufrir un accidente en 1992 que la dejó tetrapléjica, señaló ayer que la sentencia que condena a la esposa, al hijo del letrado y a un socio de éste "no es una medida suficiente para el daño que me han hecho".

Lewandovska, de origen polaco y residente en Toledo desde 1990, hizo estas declaraciones tras conocer la sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid que condena a dos años de prisión a María Luisa Lorenzana, esposa del abogado, por receptación y alzamiento de bienes, y a un año de cárcel a su hijo Luis Manuel Pinillos, por alzamiento de bienes. La pena más fuerte es para Santiago Vidaechea, socio del abogado fallecido, al que el tribunal le ha impuesto cuatro años de cárcel por un delito de estafa.

La víctima de la estafa señaló que, aunque se siente muy feliz porque esta sentencia le da la razón tras varios años de lucha, "es sólo el primer paso de otro largo camino para cobrar el dinero". "La justicia ha dicho ya todo lo que tenía que decir y yo estoy satisfecha", reiteró Lewandovska, "y ahora sólo espero que se cumpla y me devuelvan los 901.000 euros que me han robado".

Según detalla la sentencia, el 28 de junio de 1992 Bernardetta Lewandovska, tras quedar tetrapléjica en un accidente de tráfico, contactó con el abogado Alberto Pinillos, que gestionó los trámites por los que la víctima obtuvo una indemnización de 150 millones de pesetas.

Durante dos años y medio recibió 400.000 pesetas mensuales del total de la indemnización que el propio letrado le administraba, pero al morir éste, el dinero dejó de llegar, y, según la afectada, "la esposa del abogado nunca nos dio ninguna explicación sobre ello, ni sobre la desaparición de lo que quedaba de la indemnización" que estaba ingresando en varias cuentas bancarias. Bernardetta Lewandovska apuntó que "ahora ya sólo es cuestión de recuperar el dinero para vivir tranquilamente, sin agobios", y agradeció el apoyo que le han brindado todos los vecinos del barrio en el que vive, "que incluso me paran por la calle para interesarse por mí", dice.