El pleno aprueba "buscar alternativas" al aislamiento de Vicálvaro provocado por la futura autopista de peaje
Vecinos del distrito de Vicálvaro (56.000 habitantes) se plantaron ayer frente a la Casa de la Villa con 25.026 firmas en contra de las obras de construcción de la autopista de peaje R-3 y su entronque con la M-40. Los vecinos, miembros de la Plataforma Salvemos la Avenida Daroca, entregaron las firmas en el registro del Ayuntamiento y se acomodaron después en la tribuna de invitados del salón de plenos, donde esperaron pacientemente durante más de cuatro horas hasta que los grupos municipales debatieron su problema. La espera no fue vana: el PP aceptó en parte la propuesta conjunta de PSOE e IU para crear un grupo de trabajo en el que se estudien "alternativas que restituyan la comunicación de Vicálvaro con el centro de Madrid a través de la avenida de Daroca", ahora cortada al tráfico por la construcción de la R-3.
Los vecinos llevan meses denunciando que el diseño de la autopista de peaje -que debe entrar en funcionamiento a fin de año- parte en dos el distrito y lo "aísla" del centro de la ciudad al cortar al tráfico la avenida de Daroca. El PP se comprometió ayer a buscar fórmulas alternativas, aunque precisó que no responde por lo que haga el Ministerio de Fomento, que es el que construye la carretera.
Ésa fue la primera de las cuatro propuestas de la oposición aprobadas gracias al apoyo o la abstención del PP. Otras dos se referían a medidas de protección de los mayores que viven solos durante el verano, y una más instaba al Gobierno a realizar las gestiones oportunas ante el Gobierno mexicano y la ONU para que investiguen las desapariciones y asesinatos de mujeres y niñas en Ciudad Juárez.
No prosperó, en cambio, la propuesta defendida con pasión por la portavoz del PSOE, Trinidad Jiménez, para que la bandera de la UE ondee en el Ayuntamiento como símbolo del compromiso europeo de Madrid. "¿Y por qué no la bandera de la ONU o la de la OTAN, señora Jiménez?", preguntó Manuel Cobo, portavoz del PP, antes de rechazar la proposición. La aprobación de los nuevos estatutos de Ifema, que permiten a José María Álvarez del Manzano seguir siendo su presidente y cobrar lo mismo o más que cobraba como alcalde, provocaron uno de los momentos de mayor tensión en el pleno. La concejal socialista Isabel Vilallonga acusó al PP de "resolver sus problemas de partido" adjudicando cargos públicos, y dudó de que Álvarez del Manzano vaya a abanderar una gestión "moderna, eficaz y transparente" al frente de los recintos feriales. La popular Pilar Martínez le pidió que no hiciera "demagogia" con una persona, el ex regidor, que es "todo un valor para la ciudad".
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