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Crónica:VILLAGE PEOPLE
Crónica
Texto informativo con interpretación

Semana de finales

- RESUMEN DE LO PUBLICADO. Mundiales de natación. En Barcelona, siempre que hay evento deportivo cósmico se construye una zona VIP. En 1992 fue un barrio. En 2003, el Village, desde donde les saludo. Hola.

- LA NATACIÓN Y LOS QUE FLOTAN. Esta semana ha sido rica en finales. En el Village hay alguna pantalla gigante, desde la que, en un principio, se podía ver la cosa. Con alicientes visuales. Ver el 52 de Thorpe en pantalla gigante es como ver a Samantha Fox en cinemascope. No obstante, los usuarios del Village estaban viendo las finales in situ, o eran los 70.000 finalistas de 200 metros mariposa. En todo caso, no les dio por concurrir por la zona a degustar este apasionado deporte, retransmitido con una apasionada técnica. Apasionada técnica: un compi de TVE me explica el dispositivo de cámaras dispuesto para el campeonato. "Hemos puesto 24 cámaras para cubrir cada carrera", me dice ilusionado. Luego hace un silencio introspectivo y agrega: "Claro, esto es tan soso que ni con 24 cámaras".

- EL VILLAGE, 'CETTE ÉCLOSION'. En ausencia de hooligans de la natación, los parroquianos del Village se dejan caer por el Village al atardecer. Se toman un coco-loco, o consumen el tiempo hasta la franja horaria del cenorrio hispano, para evitar que a uno le confundan con un turista danés, esa profesión de riesgo. Posteriormente al cenorrio, el Village empieza a crear referentes. Los referentes para el día desde el que los escribo son dos. A saber: la gran final del concurso Operación Top Model y la Gran Fiesta de las Burbujas. Público: una infanta, varios ex consejeros, un Lacalle, y chorrocientas personas más que abarrotan el vipódromo. Deconstrucción de las chorrocientas personas: mucho forofo del Espanyol del biotopo Sarrià -de distintas edades, de mismo peinado-, mucho entorno del tarjet model -mamás de modelo, amigas buenorras de modelo y la amiga-gorda-pero-si-la-conocieras-muy-simpática de modelo-. Mucho pollo que se ha colado, y que circula vestido de usuario del bar Deportes, de L'Hospitalet. Una señorita que lleva una microfalda tan inverosímil que, en el trance de sentarse sin que se le vea lo de la boda, se le disloca una pierna. Tendencias estéticas: las señoritas, el año pasado, iban enseñando el ombligo. Este año la consigna parece ser vestir de manera que lo único que ocultan es el ombligo. Prima estadísticamente un tanga tan incrustrado en la piel que la OMS podría homologarlo como DIU. Concurso de modelos: las modelos avanzan por la pasarela con esos dos tipos de andares dadá que caracterizan a las modelos high-tech: tipo a) nunca-antes-había-caminado-con-un-mono-apuntándome-con-una-ballesta, y tipo b) nunca-antes-había-caminado-con-un-pingüino-con-dinamita. Gana una renovadora del segundo tipo, que va y, además, es búlgara. Da el premio Judith Mascó, que para esta ocasión apuesta decididamente por un tono de distribuidora de Avon: "Sois todas monísimas". La ganadora echa el moco en búlgaro. Sucesos: hablo con algunos organizadores de la cosa. En estos días de Village no se ha producido ninguna trompa seria, ni, como sucede en la Feria de Abril de Sant Adrià, nadie ha apuñalado a ningún pollo por bailar guarri con su novia. Algo, por otra parte, muy propio de un sitio en el que nadie baila. No ha venido Pocholo 0.1 pero, me aseguran, ha venido Pocholo 0.0. Es decir, el pater Apeles. Este fin de semana, por cierto, el Village se abre a la Cataluña no VIP / els altres vipeians.

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