Buen debut de Bolívar
La tarjeta de presentación de Luis Bolívar en Valencia no pudo ser mejor. Hasta el tercer novillo los dos de El Romeral que se habían lidiado -el segundo como sobrero- habían complicado mucho la vida a sus matadores. Deslucidos, defensivos y distraídos, no eran novillos para que Serranito, tras más de un mes en el dique seco, cogiera confianza, o José Luis Miñarro, en su tercera novillada de la temporada, se encontrara seguro.
Y salió el tercero, más novillo y más armado que los anteriores, pero también distraído, manso y muy berreón. Se defendió en banderillas, echando la cara arriba, pero a Bolívar no pareció importarle mucho el equipaje de intenciones que portaba el de El Romeral. Con paso firme e ideas claras, y, sobre todo, muy convencido de lo que debía hacer, se fue a por el novillo.
Romeral / Serranito, Miñarro, Bolívar
Tres novillos de El Romeral, los primeros, el 2º lidiado como sobrero, y tres de Gabriel Rojas. Desiguales de presentación, escasos de fuerza, deslucidos y descastados. Serranito: pinchazo -aviso- (silencio); media estocada, (silencio). José Luis Miñarro: pinchazo -aviso- otro más y descabello, (silencio); pinchazo, descabello -aviso- y dos más, (silencio). Luis Bolìvar: casi entera, oreja; tres pinchazos y dos descabellos, (palmas). Plaza de Valencia, 21 de julio. 3ª de feria.
No importó el viaje corto del astado, ni que de vez en cuando cortara descaradamente por el pitón izquierdo. Bolívar aplicó técnica y temple a la vez, dejando siempre una sensación de seguridad y confianza pasmosas. La faena, abocada siempre por el lado derecho por exigencias del guión, tuvo peso e imagen. El remate a labor tan bien modelada fue una estocada casi entera, de buena ejecución, aunque en el embroque soltara la muleta.
El sexto no tuvo entrega en varas, ni en la muleta. Además fue novillo con muy poquita fuerza que llego rebrincado y a la defensiva al último tercio. Bolívar volvió a pisar firme, aunque en esta ocasión de nada sirvió el buen concepto técnico de la faena. Con el novillo muy acabado y al paso, el colombiano se puso muy de cerca. Los alardes finales sirvieron para calentar una faena venida a menos. Este novillo puso punto y final a una novillada muy descastada, deslucida y de escasísimo juego.
Ni el de El Romeral que abrió plaza, ni el de Gabriel Rojas que saltó cuarto, fueron material apto para Serranito. Muy pegajoso, sin humillar aunque con cierto aire al principio, el primero no tardó en venirse a menos y a defenderse. Acabó en terrenos de toriles esa faena. Serranito lo intentó por lo clásico, mas no era novillo que admitiera exquisiteces.
El cuarto, tan gordo como cómodo de cara, salió de varas muy mermado. Serranito le consintió y obligó, pero a novillo tan escaso de fuerzas lo abocó a defenderse. En favor del torero aragonés hay que apuntar que salió mermado de facultades. Hace más de un mes resultó con la clavícula fracturada y la de hoy era su primera novillada tras el percance, a la que salió infliltrado.
Al sobrero de El Romeral, que saltó en segundo lugar, le dieron duro en varas. Y aunque sin gran entrega, aún se empleó algo. Pero tan duro castigo le hizo ponerse más defensivo, sin rematar el viaje, distraído y colándose por el pitón izquierdo. Un muy deslucido novillo con el que Miñarro sólo pudo poner voluntad.
El quinto, largo y ofensivo, tuvo fiereza en la muleta, aunque a mitad de faena hiciera amagos por irse a terrenos de toriles. Y allí terminó también. Miñarro puso voluntad y dio todo lo que tenía en ese novillo, muy exigente y que no perdonó el poco bagaje del torero, aunque hubo momentos en los que los muletazos le salieron limpios y templados.
Babelia
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