"No me pretende nadie en estos momentos"

Pregunta. Dicen que el PSOE le tira los tejos.

Respuesta. Qué va. ¿No ve que me ven muy afianzada donde estoy? No me pretende nadie en estos momentos.

P. ¿Y si la pretendieran?

R. Yo estoy donde quiero estar y hago lo que quiero hacer: lo más importante para mí, que es trabajar por mi ciudad.

P. Única alcaldesa comunista de gran ciudad. ¿Córdoba es lo más rojo del patio municipal?

R. No. Lo que pasa es que en Córdoba Izquierda Unida es abierta, plural y un reflejo de la propia sociedad.

P. ¿Y en los demás sitios no?

R. Aquí IU ha sido una organización diversa, con solidez y mucho contacto con la realidad.

P. ¿Qué porcentaje de la supervivencia de Izquierda Unida es suyo?

R. Yo no me adjudico ningún porcentaje. A mí lo que me importa ante todo es Córdoba.

P. ¿Ser comunista sigue vendiendo alguna escoba?

R. Serlo en el siglo XXI, conforme a los nuevos tiempos, puede vender cada día más escobas. O no vender ninguna, si eres comunista anclado en el pasado.

P. Dicen que gana usted a base de no pisar ni un callo.

R. Es verdad. Siempre prefiero tender la mano a pisar callos.

P. Ni el de Cajasur, de la que no habló en toda la campaña.

R.Tampoco hablé de la guerra ni del Prestige. Hablé de Córdoba.

P. ¿El cura Castillejo es una lacra o un regalo del cielo?

R. Ninguna de las dos cosas. Es el presidente de Cajasur. Punto.

P. A sus monjas, Las Francesas, les dio la medalla de oro de la ciudad. ¿Para que se mataran a rosarios por usted?

R. Se la dio el Ayuntamiento porque cumplían cien años de presencia en Córdoba. Lo mismo que a los salesianos, al Conservatorio y a la Academia. Hubiera sido injusto no dársela por haber ido yo a ese colegio.

P. ¿Nunca le insinuaron que abrazara los hábitos y la recta senda?

R. Qué va. Sabían que yo era un caso perdido desde los 13 años.

P. ¿Ni la avisaron de que el comunismo es pecado?

R. Son unas monjas respetuosas, abiertas, y entienden que cada uno pueda pensar de una manera.

P. ¿Eso de "la novia de Córdoba" no es una cursilada?

R. Bueno, yo estoy enamorada de Córdoba, y tiene muchas novias y novios, porque es una ciudad extraordinaria.

P. ¿Es novia de la ciudad porque, en otro orden de cosas, nada de nada?

R. En otro orden de cosas, mucho de mucho. Bueno, mucho de mucho cuando se puede [risas]. No tiene nada que ver una cosa con la otra.

P. ¿Qué añora del Parlamento?

R. La vida municipal es tan intensa, tan de rostro humano, que no añoro nada. Pero tengo en mi corazón a los compañeros y compañeras con los que he compartido legislaturas.

P. ¿Tienen razón quienes aseguran que detrás de tanta sonrisa hay un sargento de caballería?

R. No. Hay una persona muy exigente, consigo misma y con los que trabajan con ella.

P. De niña, dice, pudo soñar poco. ¿Y ahora?

R. Es que la vida no me dio la oportunidad de soñar, porque ha sido bastante dura conmigo. Ahora soy tremendamente realista y pragmática. Pero no se puede vivir sin sueños.

P. ¿Y con qué sueña?

R. Con otra ciudad, con la posibilidad de otro mundo y con un día en que los seres humanos seamos lo esencial.

P. O sea, que, en lugar de ser como los normalitos, usted se duerme y dale con la globalización o con el problema palestino.

R. Bueno, también sueño con cosas normales como un viaje o con compartir un momento con las personas a las que quiero.

P. Déle un consejo a Aznar.

R. Uy, qué difícil es aconsejar a un hombre que no escucha. Le diría que sea menos prepotente y soberbio y más humano.

P. ¿Y a Llamazares?

R. A Gaspar le diría que apueste por la renovación sin miedo y que sea sobre todo Él, con mayúscula.

P. Pues dicen que le quiere usted hacer la cama.

R. Mi afición no es hacer camas. Y mucho menos a Llamazares.

P. ¿Cómo se divierte?

R. Yo me puedo divertir simplemente con una conversación delante de un vaso de agua. Sólo hay que tener ganas y saber compartir.

P. ¿Y estudiando profundamente el programa de IU?

R. No, me aburro muchísimo. ¿No ve que ya me lo sé?