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Reportaje:

Un aparcamiento debajo del casco histórico de Alcalá de Henares

El Consistorio de Alcalá de Henares planea un aparcamiento bajo el casco histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad

Foco de conocimiento y desarrollo intelectual de la Edad Moderna, ciudad única por su urbanismo y patrimonio y cuna del más célebre escritor en lengua castellana -Miguel de Cervantes, autor del Quijote-, la Unesco reconoció a Alcalá de Henares como Patrimonio de la Humanidad en 1998. Cinco años después, la ciudad debe hacer compatibles la conservación del legado histórico, la vida universitaria, el desarrollo económico y el tráfico rodado en sus antiguas calles.

Una tarea no siempre fácil. El anterior alcalde, el socialista Manuel Peinado, perdió las pasadas elecciones y el PP ha logrado su primera mayoría absoluta en Alcalá. Una derrota que muchos explican por la peatonalización del casco histórico emprendida por Peinado, apoyado por IU, que pobló Alcalá de decenas de bolardos que restringían el tráfico por el centro urbano. Comerciantes y vecinos se le echaron encima.

"Peatonalización sí, pero de otra forma". Éste fue el mensaje electoral que llevó al actual alcalde, Bartolomé González, a la victoria en las urnas. González, al mejor estilo del presidente regional y alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, prometió una gran obra pública como lustre de su candidatura: soterrar el tráfico en la céntrica plaza de Cervantes y construir bajo los edificios históricos un enorme aparcamiento de dos plantas y 699 plazas.

La iniciativa, a la que se oponen frontalmente PSOE e IU, amenaza con acaparar el debate político alcalaíno durante el próximo año. La polémica puede asaltar también la política regional, ya que las obras deben ser aprobadas por la Dirección General de Patrimonio de la Comunidad de Madrid.

"Este proyecto choca frontalmente contra el espíritu de protección del patrimonio que nos reconoció la Unesco. Los daños sobre el legado histórico serían irreversibles", coinciden Javier Ocaña, del PSOE, y Francisco Calles, de IU.

El casco histórico de Alcalá cuenta con la máxima protección que el Gobierno regional puede conceder, según el Plan Especial del Casco Histórico de Alcalá de Henares. "Tal y como está hoy el Plan, la obra no puede llevarse a cabo", admite el concejal de Urbanismo, Luis Fuentes Garrido. Alcalá solicitará en los próximos meses al Gobierno regional la modificación del Plan Especial.

"Tenemos la voluntad política de luchar por nuestro proyecto, porque creemos que es lo mejor para la ciudad. Permite solucionar los problemas que sufre el casco histórico y garantiza la conservación de nuestro patrimonio", explica Fuentes Garrido.

El proyecto del Ayuntamiento prevé la construcción bajo la plaza de Cervantes de dos plantas de aparcamiento y de un túnel que la cruce de norte a sur. La entrada sur del túnel estaría en la plaza de Rodríguez Marín, y la bocana norte, en la esquina con la calle de Libreros. El túnel tendría dos carriles, pero no a la manera convencional, sino que uno transitaría por debajo del otro. Las obras durarían unos 18 meses y su coste ascendería a 16,6 millones de euros. Un dinero que no saldría de las arcas municipales.

"Creemos que puede ser interesante para una gran empresa, que asumiría las obras a cambio de una concesión para explotar el aparcamiento", explica Fuentes Garrido. Si todo sale según los planes del Consistorio, el proyecto de obras estará redactado en siete meses y las obras empezarán en un año, por lo que el proyecto sería una realidad en 2006. Si esto sucede, la plaza de Cervantes quedará convertida en un extenso espacio completamente peatonal.

"El aparcamiento y el túnel son parte de un proyecto de peatonalización completo mucho más adecuado a las necesidades de la ciudad que el del anterior alcalde", explica Fuentes Garrido. Las otras calles que también serían peatonalizadas son dos tercios de la calle Mayor, Empecinado, Ramón y Cajal y Carmen Calzado.

Preocupación

Los partidos de la oposición también se muestran preocupados por las piezas históricas que pueblan la plaza de Cervantes, como la estatua del insigne escritor y el histórico quiosco que la presiden, y por los daños y molestias que las obras causarían al entorno histórico de la plaza.

El PP responde que las obras nunca invadirán toda la plaza. "Se harán por tramos, y la estatua y el quiosco serán desmontados, conservados y vueltos a montar pieza a pieza. Los árboles serán trasplantados a un vivero y devueltos a su emplazamiento original después", afirma Fuentes Garrido. El Consistorio también realizará catas arqueológicas para discernir si hay más patrimonio histórico escondido bajo el suelo. En caso afirmativo, los yacimientos serán excavados y trasladados.

Cuando las obras terminen, el centro de Alcalá contará con 349 plazas más de aparcamiento que las actuales 2.213. Se crearán 699, pero desaparecerán 350 en superficie. Una diferencia que, como la peatonalización, enfrenta al PP y a la oposición. Los ciudadanos votaron el 25 de mayo pasado. La palabra la tiene ahora el futuro Gobierno regional.

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