Cogida de Ángel de la Rosa
El segundo toro cogió a Ángel de la Rosa al entrar a matar. Fue una cogida con mucho aparato. El de Cebada se ensañó con fiereza, zarandeó al torero y lo dejó inerte en la arena. Nadie dudó en la plaza de que de la Rosa llevaba cornada. Este segundo toro recibió un duro castigo en varas, incluso pareció exagerado. Esperó en banderillas y negó su entrega en la muleta. No obstante, fue toro con cierto aire: al menos no se paró. Un firme de la Rosa le plantó cara. No era toro para florituras; por un lado porque parecía esconder aviesas intenciones, y, por otro, porque nunca acabó el viaje. La faena desprendió oficio, aunque los muletazos quedaban condenados a quedarse en su mitad. Luego vino la cogida que, al menos, tuvo el premio de una oreja.
Cebada / Blázquez, de la Rosa, Sánchez
Toros de Cebada Gago. Corrida seria y ofensiva, pero mansa y descastada. Víctor Manuel Blázquez: tres pinchazos (silencio); tres pinchazos (silencio). Dos pinchazos (aviso), otro pinchazo y más de media (silencio). Ángel de la Rosa: estocada, oreja. Cogido en este toro al entrar a matar. Tomás Sánchez: entera trasera y descabello (palmas). Cinco pinchazos (aviso) y descabello (silencio). Plaza de Valencia, 19 de julio. Primera de abono. Media plaza. Enfermería: Ángel de la Rosa fue asistido de una cornada en la parte posterior del muslo derecho calificada de pronóstico reservado.
El lote de Blázquez no puso las cosas fáciles a su matador. El que abrió plaza porque, flojo, no hizo más que defenderse en la muleta. Primero en el tercio y luego, sacado a los medios, no sólo no mejoró sino que acabó midiendo al torero. El cuarto fue peor. De salida se paseó a oleadas por el ruedo y en un entra y sale constante se dejó picar cantando con claridad su condición de manso. La faena de Blázquez fue sólo un intento. El de Cebada, violento y rajado, buscó las tablas y su matador optó por la brevedad. Lo más lucido de su actuación lo firmó Blázquez con las banderillas.
Tampoco a Tomás Sánchez se lo pusieron en bandeja, lo que unido a su escaso bagaje sumó más desventajas. El serio cárdeno que saltó en tercer lugar ya hizo cosas de enterado de salida. Manseó y reculó en el caballo y también se puso a la defensiva en la muleta. Banderilleó muy seguro Tomás Sánchez, que reunió bien. Con el toro buscando y revolviéndose rápido, la faena pasó por algún apuro a medida que el toro desarrollaba sentido. No se afligió Tomás Sánchez.
También serio y muy largo fue el colorado que mató Sánchez en quinto lugar. Manso en varas, el de Cebada tampoco tardó en ponerse a la defensiva. El toro acabó siendo dueño de la situación, mientras el matador, desmoralizado, sufrió varios desarmes.
Víctor Manuel Blázquez despachó en sexto lugar el toro que le correspondía matar a Ángel de la Rosa como quinto. El toro de Cebada, de imponente trapío, tampoco ofreció facilidades, todo lo contrario. Se dejó en el tercio de varas, incluso salió con ciertas notas de flojedad. Blázquez, que lo banderilleó con voluntad, se puso firme en principio, pero las condiciones del toro, que fue de mal en peor, hicieron que la faena tomara cauces defensivos y acabara por desconfiar a su matador
Babelia
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