"Trabajo en un laboratorio en el que soy un elemento más"
En momentos en que los artistas buscan nuevos soportes, James Brown (Los Ángeles, 1951) expone un aparte de su obra realizada entre 1988 y 1993 con metales como el plomo, el oro o el mercurio. Este trabajo se aprecia desde ayer en el Centro de Arte Contemporáneo de Málaga (CAC) en la exposición Plomo. Trece pinturas que lo confirman como uno de los renovadores de la abstracción estadounidense.
PREGUNTA. ¿Qué cualidades expresivas encuentra en los materiales de esta exposición?
RESPUESTA. Siempre hay un deseo de experimentación, pero mi obra actual no tiene que ver con el trabajo de laboratorio que estuve haciendo hace diez años. En realidad, mi estudio fue una especie de laboratorio durante veinte años, pero todo cambió cuando fui a vivir a México y mucho más desde que el año pasado cumplí 50. No sé por qué, ahora mi trabajo es más simple y clásico, he dejado de buscar nuevos materiales aunque continúo con los que ya había utilizado.
P. La pintura sobre superficies de piedra o sobre metales es una práctica muy antigua. ¿Le interesa la forma en que el color o la pintura se comportan sobre estos soportes más que sobre el lienzo?
R. Sí, así es. Hay algo de lo que yo no me doy cuenta realmente y es cómo van entrando esos materiales sutilmente en mi estudio. Cuando estuve viviendo en Nápoles, encontré el cobre pero no porque yo hubiera ido en busca de él o lo hubiera decidido racionalmente. Me gusta que suceda de esta forma.
P. ¿Su pintura tiene una dimensión o una intención espiritual o mística?
R. La gente suele ver eso, y es difícil para mí decir que existen elementos de misticismo o espiritualidad en mis pinturas. Yo diría más bien que es como trabajar en un laboratorio en el que soy un elemento más. Las cosas suceden a través de mí y me resulta difícil ser objetivo al analizarlas. Tal vez después de un tiempo pueda observarla y considerarla de esa manera, pero mientras la ejecuto es sólo la obra que estoy extrayendo de mí.
P. ¿Se siente entonces como un médium?
R. Sí, por eso es importante ser muy intuitivo y entender tu intuición. Hay que saber escucharla y utilizarla.
P. En una de sus piezas la música de Pergolesi tuvo un papel relevante, y por eso terminó llamándola Stabat mater.
R. Para mí es un hecho que la música de Pergolesi fue la instigadora de esas pinturas. Es algo que sucede pocas veces. No suelo usar música de fondo mientras pinto. En este caso, la música no es aplicada al tema como música de fondo sino como un elemento constitutivo de la obra. No se ve ni está presente cuando la contemplas, pero para mí cuenta como una parte importante de la obra.
P. Parece que lo que le interesa es la transformación. La alquimia se relaciona a su obra, en la que el plomo y el oro, así como el mercurio, cobran formas diversas. Son pinturas de alma metálica.
R. Sí, es algo así. Los alquimistas querían transformar el plomo en oro y yo juego también con las transformaciones. Lo que me interesa es el material en sí, la ideal de la alquimia y la transformación es muy poética pero no tiene mucho asidero. Es un área gris, difícil de concretar. Y me gustan esas zonas grises e inciertas como trasfondo para el desarrollo de ideas porque es intangible y evasivo. Es más fácil trabajar con otras cosas más específicas. Yo prefiero el desafío de buscar lo que sabes inalcanzable. Junto a ello está el placer físico de materiales como el plomo. Tan suave y maleable, pero a la vez pesado, parece que tuviera vida propia porque cambia ostensiblemente de aspecto a lo largo de su existencia. Hay diferentes elementos en su superficie que también varían con el tiempo. Me gusta el que sea difícil de controlar.
P. ¿Prefiere el plomo al oro?
R. Ah. Bueno, creo que sí. El oro es también muy simbólico, además de su valor monetario. Pero si hablamos sólo de los metales plomo y oro, me quedo con el plomo. Acabo de volver de Pompeya y allí puedes ver todas las cañerías hechas en plomo, y existe el conflicto entre algo que es muy práctico y a la vez muy venenoso. Hay algo intrigante y ambiguo en su naturaleza.
P. ¿La obra que realiza hoy está emparentada con su "etapa de metal"? ¿Hay una ruta o estrategia?
R. Seguir una ruta y una estrategia en mi pintura es algo a lo que he llegado después de muchos años de experimentación. Antes no seguía estrategia alguna. Cuando me ofrecieron hacer esta exposición, fui a mi archivo y encontré pinturas con plomo de hace muchos años, luego de etapas posteriores. Pienso que ciertos materiales se llegan a hacer emblemáticos en la obra de un artista y que una y otra vez vuelves a ellos.
P. El mundo de los metales ejerce cierta fascinación.
R. Sí, es algo que seduce y a lo que te acostumbras también. Vuelves a él una y otra vez como si buscaras algo que todavía no has encontrado, pero sabes que está ahí. Los minerales tienen una naturaleza misteriosa, que quizá tenga que ver con la geología, con lo que está oculto bajo tierra y eso lo dota de un atractivo que no decae con los siglos.
James Brown. Plomo. Centro de Arte Contemporáneo. Alemania, s/n. Málaga. Hasta el 7 de septiembre.
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