"Hay que ir pasito a pasito"
Haimar Zubeldia (Usurbil, Guipúzcoa, 1977) vive su tercer Tour como un paso más en un camino que inició de una forma casi catastrófica hace dos años. Noveno en la general, es la gran esperanza española para la contrarreloj de hoy.
Pregunta. Hace tres años, con 22, se reveló como una de las grandes esperanzas del ciclismo español. Desde entonces hasta ahora, parecía una esperanza frustrada.
Respuesta. Sin embargo he estado trabajando todo el tiempo igual que antes, haciendo lo mismo, sin perder la esperanza. Esto no son matemáticas y no salen siempre las cosas igual. Este año, por ejemplo, empecé muy bien en Murcia, luego tuve un bajón en la Setmana Catalana, no sé por qué, y ahora parece que vuelvo a lo de antes.
"Cuando estoy tan bien en la montaña, estoy muy bien en la contrarreloj, y esa es la motivación"
P. ¿Pero ha sufrido alguna crisis personal, de duda, de angustia?
R. Hay momentos, pero para darte moral están la familia, los amigos, los entrenadores. Siempre piensas en deprimirte, pero nunca he estado tan hundido.
P. Pero mientras parecía estancarse, otros compañeros explotaban y florecían. ¿Se le hizo duro?
R. Eso son ciclos, sin más. Y yo tampoco me fijo en el que tengo al lado. Yo sé que cada uno tiene que marcar su carrera y puede tener altibajos, sin fijarse en nadie. Siempre habrá rachas buenas y malas.
P. Da la impresión de que sabe desde joven qué tipo de corredor quiere ser, de largo aliento, una carrera construida paso a paso, frente a otro tipo de corredores que podríamos llamar efervescentes...
R. Sí. Quizás se deba a mi manera de ser. Eso depende del carácter de cada uno. Soy bastante metódico y sé que hay que ir pasito a pasito. Hace tres años di un paso grande, pero desde allí, aunque no me salieran las cosas mejor, he seguido creciendo como corredor. Aunque no se vea en los resultados, hace dos años era mejor, hace un año mejor, y sigo mejorando.
P. O sea que para usted, la paciencia es una virtud...
R. Eso es. Yo pasé muy joven a profesional, pero con las ideas muy claras de lo que quería hacer poquito a poco. A veces dar un gran salto es fácil, pero bajar también es fácil. Se trata también de constancia en el trabajo.
P. ¿Siempre sabía que era un hombre Tour?
R. La gente que me ha aconsejado siempre ha destacado mi persistencia, que soy metódico, con características para enfocar mi carrera hacia vueltas grandes. Y más que la Vuelta a España o el Giro, me va mejor el Tour, porque es una carrera de mucha resistencia.
P. Y también le atraerá la grandeza del Tour, ese plus...
R. Todavía más. Prefiero el Tour porque es el rey del ciclismo y no se puede comparar con ninguna carrera. Todo lo que hagas aquí multiplica por cien lo que hagas en otras.
P. Al lado de Iban Mayo, a quien comparan con Perico por su extraversión y su faceta popular, usted debe sentirse un poco como Indurain, más callado, más a la sombra... hasta que explota.
R. Somos distintos corredores, y quizás sí, Mayo sea Perico y yo Indurain, pero sólo por la forma de correr y quizás por el carácter. Iban es mucho más echado para adelante, y eso se refleja en carrera. Tampoco yo intento ser Indurain. Lo tengo como referencia, sí, pero no intento hacer lo que hacía él, porque, entre otras cosas, sería imposible. No poniéndote su culotte te conviertes en otro corredor. Cada uno tiene que marcar su carrera. A Indurain también le costó mucho llegar hasta arriba.
P. Usted es noveno de la general a 3m 25s de Armstrong. ¿Lamenta ahora los 3m 22s que perdió frente al americano en la contrarreloj por equipos?
R. Sí. Si terminara ahora mismo el Tour me lamentaría mucho, pero queda mucha carrera, lo más duro. Sí que perdimos tres minutos con Armstrong, pero con el Banesto, por ejemplo, fueron dos, y creo que ese tiempo aún es asequible. Así que hasta final del Tour no valoraré si me lamento o no.
P. Es una pena, porque se está viviendo el Tour más abierto de los últimos años, con la esperanza de que Armstrong falle...
R. Sí, en efecto, podríamos haberlo hecho bastante mejor. Nos sobraron 20 kilómetros, cuando era más para especialistas, pero aquello ya pasó y cuando estás centrado en el Tour no hay que pensar en lo que has hecho, sino mirar para adelante y marcar los objetivos que puedas tener.
P. Pero ante la contrarreloj individual de hoy pensará en que ese tiempo se sumará al que pueda perder frente a Armstrong...
R. Pero más que pensar en el tiempo que pueda perder con el primero, ahora, quizás, estoy pensando más en progresar en la general. Pero, ya veremos. Si algún día me veo pletórico también pasa por mi cabeza ganar una etapa.
P. Y también le interesará marcar diferencias con los escaladores en la contrarreloj, ¿no?
R. Es algo que tengo a mi favor. Hay dos cronos por delante porque sólo hemos hecho el prólogo en solitario, y es algo que me da ventaja, aunque Mancebo y compañía tampoco son cojos.
P. En el prólogo, incluso usted estuvo mejor que Armstrong. ¿Significa algo?
R. No, una contrarreloj larga es otra historia. En el prólogo todo se juega en uno o dos segundos, en una curva mejor o peor tomada, y en la contrarreloj larga influyen más las fuerzas que se tengan.
P. Pero no sólo las contrarreloj juegan a su favor. El día de l'Alpe d'Huez dio una gran impresión de facilidad subiendo.
R. Y eso que por mi forma de correr me cuesta coger el ritmo y hasta que Iban atacó, a 10 kilómetros de la cima, fueron los peores momentos de la subida. Pero de allí para arriba tampoco lo pasé tan mal. Y cuando estoy en montaña tan bien, en la crono estoy muy bien, y esa es la motivación que tengo, que en montaña he estado muy, muy bien y tengo una contrarreloj larga por delante.
P. Así que si hace una buena contrarreloj, y pese a la presión de la afición, quizás el equipo deberían plantearse en los Pirineos un táctica de más largo alcance, pensando en París y no en el día a día...
R. En efecto, después de la crono hablaremos y veremos cuál es el valor más seguro, o Iban, o yo, o los dos.
P. No hay ningún otro equipo con dos líderes tan bien situados. ¿Será complicado gestionar eso?
R. Eso ya depende del director. Lo que el director dice va a misa, y no se puede cuestionar.
P. ¿Va siempre a misa?
R. Bueno... a veces hay líos, pero yo aceptaré lo que diga Julián
[Gorospe, el director] y no habrá ningún problema. Sé que Julián sabe que estoy bien, igual que Iban, que lleva una grandísima temporada, y sabrá valorar lo que necesite cada corredor y apostará por el valor más seguro.
P. Le vendrá bien que todos los focos estén centrados en Iban.
R. Sí, voy menos presionado.
P. ¿Será posible mantener el Euskaltel-Euskadi con dos líderes la próxima temporada?
R. Yo lo veo muy difícil. Más complicado de lo que parece.
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