¡Quiero encontrar un empleo! (III parte)

Superada con éxito una entrevista de trabajo, llega el momento de formalizar el contrato. ¿Cómo será? Y el primer día de trabajo, ¿qué hacer para entrar con buen pie? Universia resuelve estas dudas

El último artículo de la serie que Universia dedica a la búsqueda de trabajo por parte de los universitarios aborda los tipos de contrato, los derechos de los trabajadores y algunos consejos a la hora de comenzar a trabajar.

Los contratos laborales son acuerdos entre empresarios y trabajadores por los que el trabajador se obliga a prestar determinados servicios por cuenta del empresario y bajo

su dirección, a cambio de una retribución.

El trabajador tiene derecho a la ocupación efectiva durante la jornada de trabajo, a la promoción y formación en el trabajo, a no ser discriminado para acceder a un puesto de trabajo, a la integridad física y a la intimidad, a percibir puntualmente la remuneración pactada y a los demás derechos que se establezcan en el contrato de trabajo.

Los contratos pueden formalizarse por escrito o de palabra, aunque es obligatorio por escrito cuando lo exija una disposición legal o cuando se trate de contratos en prácticas, a tiempo parcial, de relevo o para la realización de obra o servicio determinado. Los periodos de prueba son optativos y, de acordarse, deberá aparecer por escrito en el contrato. La duración máxima de este periodo se establece en los convenios colectivos y, de no ser así, no podrá ser de más de seis meses para los técnicos titulados o de dos para el resto de trabajadores. Durante este periodo se puede rescindir el contrato por voluntad de cualquiera de las partes sin alegar causa alguna y sin preaviso, salvo que en el contrato diga lo contrario.

Tipos de contrato

Existen varios tiepos de contratos: indefinido, en prácticas, a tiempo parcial,de obra o servicio determinado,eventual por circunstancias de la producción, de interinidad, de relevo, formativos y para personas con minusvalías.

El contrato de trabajo indefinido se concierta sin establecer límites en la prestación de los servicios. Tiene, a su vez, varias opciones como el contrato de trabajo para el fomento de la contratación indefinida, el contrato de trabajo indefinido para jóvenes menores de 30 años o el contrato indefinido para parados de larga duración.

El contrato en prácticas busca ofrecer al trabajador la práctica profesional adecuada al nivel de estudios cursados y el contrato a tiempo parcial permite la contratación de un trabajador para prestar servicios durante un número de horas al día, a la semana, al mes o al año, inferior al 77% de la jornada a tiempo completo establecida en el convenio colectivo.

También se considera contrato a tiempo parcial el celebrado por el trabajador que concierte con su empresa una reducción de la jornada de trabajo y su salario de entre un mínimo del 30% y un máximo del 77 % cuando reúnan las condiciones generales exigidas para tener derecho a la pensión de jubilación de la Seguridad Social, con excepción de la edad, que habrá de ser inferior a 5 años como máximo a la edad de jubilación.

Por otro lado, el contrato de obra o servicio determinado tiene por objeto la realización de obras o servicios dentro de una empresa y cuya ejecución, aunque limitada en el tiempo es, en principio, de duración incierta.

El contrato eventual por circunstancias de la producción se realiza para atender exigencias circunstanciales del mercado y el contrato de interinidad tiene por objeto sustituir a trabajadores con derecho a reserva del puesto de trabajo o para cubrir temporalmente un puesto de trabajo durante el proceso de selección o promoción para su cobertura definitiva. El contrato de relevo se dirige a a sustituir a un trabajador de la empresa que accede a la jubilación parcial por un trabajador inscrito en la Oficina de Empleo.

Por último, los contratos formativos pretenden ofrecer formación teórica y prática necesaria para el desempeño adecuado a un oficio o a un puesto de trabajo.

Todos estos contratos tienen su propia modalidad en caso de que se contrate a persona con minusvalías.

Para entrar con buen pie

El primer día de trabajo es fundamental. A la ilusión de haber sido elegidos se suma el nerviosismo de comenzar algo nuevo. Esto no debe impedir que pongamos, especial atención, en el nombre de los compañeros, el puesto de cada uno y las funciones que implica el cargo que vamos a desempeñar.

Para que todo sea más fácil es muy útil tener a mano un bloc de notas y un bolígrafo en el que apuntar detalles como el horario de la cafetería o el código de seguridad de la puerta de acceso que se pueden olvidar con facilidad. Intentar mostrarse como una persona positiva y vital, ya que este es uno de los rasgos más atractivos para los jefes y sonreir siempre a la gente cuando se es presentado.

Es importante hablar con seguridad, aunque al incorporarse a un nuevo puesto es mejor hablar poco y escuchar mucho y, en las primeras reuniones, no decir nada hasta estar seguro de aportar algo interesante. Por otro lado no hay que tener miedo a aportar nuevas ideas, ya que la creatividad es también muy valorada por los superiores.

Cuando se lleva ya un tiempo trabajando, hay otros temas de gran interés como el calendario laboral, legislación laboral, cuál es el salario base, los complementos, retenciones o gratificaciones.