Sube un 50% el abandono de animales en Barcelona
Los servicios municipales rescatan de la calle todos los años a unos 2.500 perros y gatos
En lo que va de año, la perrera municipal de Barcelona ha recibido el 50% más de animales que el año pasado en idéntica fecha, según la Fundación Altarriba, encargada de su gestión. Un informe elaborado por la Fundación Affinity señala que 89.500 perros fueron abandonados en España en 2002. Cataluña fue la segunda comunidad autónoma donde más canes cambiaron la comodidad de una caseta por el deambular sin rumbo ni dueño por la calle. En España, además de Cataluña, sólo Aragón, Cantabria, Extremadura y Madrid tienen leyes proteccionistas.
En Barcelona, los servicios de recogida de animales aseguran que anualmente rescatan de la indigencia a unos 2.500 perros y gatos. La perrera municipal habla de una media de 200 abandonos al mes frente a 160 adopciones y recuperaciones, una proporción que se mantiene más o menos estable durante el año. Cuentan con 117 jaulas. El déficit espacial es evidente. En contra del tópico que asegura que es en verano cuando la gente se desprende de sus mascotas, la Fundación Affinity asegura que las cifras más altas se dan en enero.
En Cataluña existe un pequeño país de perros y gatos. Supera el millón y medio de habitantes. Sólo un tercio lleva el preceptivo microchip, asegura el Colegio de Veterinarios de Barcelona. Estos apátridas -que son mayoría- nunca podrán ser reclamados por sus teóricos dueños. Carecen de huellas electrónicas. La instalación del minúsculo identificador cuesta aproximadamente 42 euros. El lector del microchip es obligatorio en las 661 clínicas veterinarias catalanas. Este aparato cuesta unos 450 euros. Ningún ente público lo financia.
¿Dónde reside el problema? "En Cataluña hay 41 perreras donde ya no se sacrifica, pero aunque el microchip sirve para detectar quiénes son los propietarios que se desentienden, ninguna administración aplica las medidas de castigo en vigor", asegura la concejal convergente Magda Oranich, presidenta de la Comisión de Derechos de los Animales del Colegio de Abogados de Barcelona.
Yolanda Valbuena, directora de Altarriba, critica la "cosificación" de los animales de compañía: "Hace falta sensibilizar a los ciudadanos, y también que los ayuntamientos castiguen adecuadamente a los responsables del abandono". El Código Civil, norma del siglo XIX, aún vigente, determina que los animales domésticos son bienes muebles. Equivalen a un aparador, una cama o un coche, explica.
No todos los prismas ofrecen la misma visión. "El origen de los abandonos parte del descontrol de la natalidad. La solución pasa por la esterilización", apunta Maria Dolors Torner, presidenta de Affinity. Torner considera que la cría debe pasar casi exclusivamente por manos de criadores expertos. Perros o gatos sin posibilidad de descendencia eliminan, a su juicio, un crecimiento anárquico de la población. Una anécdota relatada durante una visita a la perrera de Barcelona parece justificar la teoría demográfica de Torner: "Conocimos a una mujer de 80 años que vive con 107 perros en casa. ¿Qué pasará con ellos cuando se muera?".
Los centros de acogida están obligados a esterilizar a todos sus huéspedes desde hace más de una década. La procreación desbarata el equilibrio entre las familias con mascotas y sin control sobre su actividad sexual: "Es necesaria una paternidad responsable. Trasladar a los animales nuestros sentimientos es una falta de respeto, ellos se unen porque la naturaleza les dota de un mecanismo para preservar la especie", explica Torner. "Puesto que perros y gatos no corren peligro de extinción, limitar su número es lógico".
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