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TOUR 2003 | Novena etapa

"Fue un reflejo de supervivencia"

Armstrong se vale de su experiencia en 'mountain bike' para, tras esquivar a Beloki, atajar por un prado sin caerse

Carlos Arribas

Tras una etapa horrorosa de calor, ataques y nervios, cuando bajaban como locos la cuesta de la Rochette en persecución del peligroso Vinokurov, a Lance Armstrong se le cayó delante Beloki y se vio forzado a una exhibición de cross country estilo tejano, agarrando el toro por los cuernos, saldada con éxito. "He oído cómo explotaba el tubular de Beloki y he visto cómo se me caía delante", dijo. "Hacía mucho calor y el asfalto estaba resbaladizo. Ha sido una caída inevitable, que me fastidia porque Beloki era el único que me estaba ayudando a cazar a Vinokurov. No entiendo cómo los demás pasaban".

Se le cayó delante Beloki y Armstrong, un prodigio de reflejos y de intuición, tiró por la calle del medio, atajando a través de un prado y haciendo en diagonal la curva que los demás trazaban cuidadosamente. Fue un atajo de unos 200 metros. "Ha sido un reflejo de supervivencia. Beloki ha tenido mala suerte y yo buena. Nunca había pasado tanto miedo como atravesando el prado, pero me ha valido mi experiencia de cuando practicaba la mountain bike".

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El reglamento es ambiguo en cuanto al tratamiento de los atajos. En teoría, si el atajo es voluntario el castigo es la expulsión de carrera; si es involuntario pero comporta ventaja, igual. "Pero hay que aclarar", dice Josep Damià Bochaca, comisario internacional que presidió algunos años el jurado del Tour. "Si la caída se produce en una contrarreloj, el corredor está obligado a volver a partir del lugar en que se cayó; si no lo hace se le penaliza con tiempo. En las carreras en línea, como no hay mala intención y tampoco una gran ventaja, no se prevén sanciones". Así lo entendieron también los comisarios del Tour: "Armstrong se ha visto forzado a modificar su trayectoria, pero no ha conseguido ninguna ventaja sobre los compañeros del grupo al que pertenecía".

Armstrong se reincorporó a la carrera como un coche que se salta un stop, sin ceder el paso a los compañeros que bajaban, quienes le hicieron señas variadas. Hamilton le dio la bienvenida al grupo con un gesto de la mano, los demás se sorprendieron de verle aparecer así y le informaron de que iban a bajar despacio para esperar por si se reincorporaba Beloki, pero Armstrong les dijo que no. "No espero, que éste [hablando del fugado Vinokurov], va a por la general", les respondió y siguió tirando.

Manolo Saiz abraza a un dolorido Beloki tras el accidente.
Manolo Saiz abraza a un dolorido Beloki tras el accidente.ASSOCIATED PRESS

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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