Madrid bate este verano el récord de consumo de electricidad
El 23 de junio al mediodía la demanda llegó a 3.083 megavatios
El calor de este verano ha disparado el consumo eléctrico en Madrid hasta batir todas las marcas por el uso de aparatos de refrigeración. El pasado 23 de junio, a las dos de la tarde, la demanda de energía fue la mayor de toda la historia de la región, 3.083 megavatios, según los datos facilitados por Iberdrola, la compañía que suministra el 63% de la electricidad de la Comunidad (el resto depende de Unión Fenosa). La sierra norte es una de las zonas donde más ha crecido la demanda.
Lo chocante es que el máximo consumo eléctrico se haya producido en pleno verano y no en invierno, como venía siendo habitual. El último tope histórico se produjo a las doce de la mañana del pasado 18 de febrero, con 3.068 megavatios.
Los 47 municipios de la sierra de Guadarrama, con 200.000 habitantes estables que llegan a los 500.000 en vacaciones y fines de semana, vienen padeciendo desde hace tiempo continuos y prolongados cortes en el suministro de energía eléctrica, sobre todo cuando las condiciones meteorológicas son adversas. Dichos cortes, además de ocasionar innumerables molestias a los vecinos, afectan especialmente a sectores como la hostelería.
Debido a estos históricos problemas el alcalde de Collado Villalba, el socialista José Pablo González, ha encabezado la lucha por la mejora del suministro eléctrico en la zona. También Rafael Simancas, candidato socialista a la presidencia regional, se refirió a estos problemas de la sierra norte durante la pasada campaña electoral. Ambos coinciden en que hace falta una ley autonómica de protección a la calidad del suministro eléctrico, para garantizar y regular el abastecimiento de energía en la región y como arma de defensa para los consumidores afectados por los apagones.
Vicente Trullench, representante de Iberdrola, la única suministradora de electricidad de la sierra norte (formada por 47 municipios), explica que es en esta zona donde más rápido ha crecido la demanda de energía. "Los problemas que esto conlleva los paliamos con nuevas instalaciones. Pero resulta complicado construirlas porque la sierra es una zona protegida, donde difícilmente podemos trabajar. Además, el consumo ha aumentado de manera brutal, y el aire acondicionado se usa cada vez más", argumenta.
Por otro lado, Ladislao Martínez, portavoz de Ecologistas en Acción en asuntos energéticos, explica: "El problema que tiene Iberdrola en las redes de distribución radica principalmente en que son poco potentes". Asegura, además, que, cuando hay cortes de luz, se producen histerias colectivas. "Como ecologistas no nos oponemos a la creación de nuevas subestaciones en la sierra norte. Pero sobre todo hemos luchado por aplicar planes de gestión a la demanda. Queremos que la gente se conciencie y gaste menos energía, que los usuarios sepan el gasto de electricidad que van a tener cuando adquieren algún electrodoméstico, por ejemplo un aparato de aire acondicionado", asegura Martínez.
Los alcaldes de los municipios de la sierra norte llevan años reclamando mejoras en el suministro eléctrico, ya que, a su juicio, los apagones en la zona son continuos. En noviembre de 2001, 15 regidores de esta comarca norteña dejaron a un lado sus diferencias ideológicas para firmar una declaración, que enviaron a la Comunidad de Madrid y a Iberdrola. Daban a la compañía un plazo de seis meses para mejorar las infraestructuras obsoletas, que ya no dan abasto.
A partir de estas reclamaciones, Iberdrola se comprometió a mejorar la red de abastecimiento eléctrico de la sierra norte. Este año invertirá en ello 5,1 millones de euros. Entre las actuaciones realizadas hasta el momento están las nuevas subestaciones de Moralzarzal y Aravaca, que abastecen a gran parte de la sierra, desde Pozuelo hasta Villalba.
Helicóptero antiapagón
Una de las medidas que ha tomado Iberdrola para prevenir los apagones estivales en la sierra ha sido recorrer la zona en un helicóptero dotado de cámaras de filmación. Con él se puede descubrir si hay tramos deteriorados en la red de alta tensión.
La aeronave consta de dos cámaras que funcionan mientras vuela a una velocidad de 50 kilómetros por hora. Una va grabando las imágenes en DVD a 10 metros por encima del tendido para ver si, por ejemplo, hay algún poste caído. La otra cámara detecta, por un sistema de infrarrojos, los puntos calientes de la línea, es decir, aquellos donde el excesivo calor puede ser síntoma de algún fallo.
Este helicóptero revisa el tendido de toda la región (4.7000 kilómetros), no sólo de la sierra norte. Los recorridos los realiza dos veces al año, en junio y noviembre, y si su tripulación detecta averías en la red avisa al equipo encargado de repararla.
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