Sanción a una funcionaria francesa por llevar el velo

En pleno debate sobre si se debe legislar contra el velo islámico, una funcionaria francesa de 33 años de edad ha sido sido suspendida de sueldo durante un año por llevar el pañuelo sobre la cabeza en horas de trabajo. El fallo, adoptado por un tribunal administrativo y confirmado por el Consejo Disciplinario de la Función Pública, considera "particularmente grave" el hecho de que una funcionaria porte "una cofia que le recubre enteramente los cabellos" porque atenta "contra el principio de la laicidad del Estado y de la neutralidad de sus servicios".

La funcionaria, Nadjet Ben Abdallah, forcejea con sus superiores desde hace dos años para defender lo que considera su derecho, lo cual le valió una primera sanción de 15 días y la actual de 365 jornadas. Pertenece al Ministerio de Equipamiento y Transportes (equivalente al departamento español de Fomento) y se encuentra destinada en la inspección de transportes de la región de Lyón.

La polémica sobre el velo ya era fuerte en la enseñanza y se extiende al ámbito laboral a medida que las nuevas generaciones van incorporándose al trabajo, en un país donde la comunidad musulmana se estima entre cuatro y cinco millones de personas. La mayoría de las mujeres musulmanas no lleva velo, pero la minoría que lo usa cada vez es mas notoria. En diciembre, la empresa privada Télépeformance fue condenada judicialmente a readmitir a una trabajadora que llevaba un velo, admitiendo el argumento de que sus patrones no se opusieron a que lo hiciera desde el principio. Sin embargo, entre los empleados del Estado no es el primer caso de sanciones por llevar el velo islámico.

El abogado de la funcionaria piensa trasladar el problema al Consejo del Culto Musulmán, un organismo creado a iniciativa del ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, que tiene una fuerte presencia de fundamentalistas a causa de la victoria electoral de la Unión de Organizaciones Islámicas de Francia (UOIF), próxima a los Hermanos Musulmanes. A esta tendencia pertenece el rector de la mezquita de Lille, que ha anunciado la apertura, en septiembre, del primer instituto musulmán de enseñanza media, financiado con "donaciones".