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Los documentos del escrutinio del congreso del PP en Gijón prueban un desfase de 38 votos

El congreso del PP de Gijón ha transformado las diferencias larvadas entre Ovidio Sánchez, presidente del PP de Gijón, y Francisco Álvarez Cascos, ministro de Fomento, en una guerra explícita. Sánchez declaró ayer que el congreso fue "constituido legalmente y conforme a los reglamentos del partido" y se desarrolló "con las garantías de la dirección nacional" del PP. El congreso de Gijón eligió el pasado fin de semana a Pilar Fernández Pardo, candidata próxima a Sánchez y avalada por la dirección nacional del PP en la calle de Génova, por 362 votos (el 58,01%) y dejó en minoría a Lucas Domingo Valdés, candidato respaldado por el ministro Cascos, con 258 votos (un 41,35% de los apoyos). En un primer momento, Lucas Domingo aceptó integrarse en el puesto de la dirección local que le ofrecía Pilar Fernández. Luego cambió de opinión: "Entiendo que no puedo integrarme en un proyecto en el que no creo y menos avalarlo con mi presencia en puestos de relevancia", afirmó el lunes.

El problema, según fuentes del PP cercanas a Domingo, es que en las actas "se detectó un pucherazo". Lo que ocurrió, según esas actas, es que en una mesa votaron 32 personas más de las censadas, y en otras tres mesas dos personas más en cada una. Álvarez Cascos criticó así el miércoles este desfase de votos: "Mientras yo era secretario general no había más votos que votantes. Ahora los hay y a algunos les parece bien que eso ocurra. Es su modelo de partido. Yo me quedo con el mío y creo que la democracia interna ha sufrido un duro golpe".

La explicación oficial es que en las mesas donde se produjo la discrepancia y, singularmente, en la primera, los responsables de controlar la votación "olvidaron en los primeros minutos puntear a quienes iban votando". Juan Carlos Vera, secretario ejecutivo de Organización de la dirección nacional del PP, mantiene que "eso no es la explicación oficial sino exactamente lo que ocurrió y de lo que se dieron cuenta también los interventores que después, cuando vieron que habían perdido el congreso, decidieron reclamar". Vera mantiene que "el fallo lo reconocieron todos los miembros de la mesa pero no podían subsanarlo porque no sabían quiénes eran los primeros que habían votado". Añade que "no ha habido impugnación formal" y que el "número de votos en disputa no altera el resultado de la votación".

El ministro, ayer en Gijón, aseguró que el que no se haya presentado impugnación formal no anula el delito: "A un señor le pueden robar el transistor del coche y no ir a la comisaría a denunciarlo, pero el robo está hecho", afirmó.

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