Aviones de EE UU trasladarán a los soldados españoles a Irak
El contingente se relevará cada cuatro meses por la dureza de la misión
Defensa no fletará aviones de origen ex soviético para trasladar a sus 1.300 soldados a Irak. Estados Unidos ha accedido a la petición española para trasladar el personal en sus aviones de transporte C-5 Galaxy, C-141 Starlifter y C-17 Globemaster. Estos grandes aviones completarán la limitada capacidad de los B-707 y C-130 del Ejército del Aire español. El material se llevará a la zona en buques civiles y militares.
El recurso a los aviones militares norteamericanos obligará a las Fuerzas Armadas españolas a adaptarse a sus disponibilidades. Los vuelos se coordinarán desde el cuartel general del Comando Central de Estados Unidos, con sede en Tampa (Florida), donde Defensa cuenta con oficiales de enlace desde la guerra de Afganistán, en 2001.
En cualquier caso, el despliegue se hará escalonadamente, de forma que a principios de septiembre pueda realizarse el relevo con los Marines estadounidenses actualmente desplegados en la zona.
Está previsto que el material se lleve en buques, tanto de la Armada (el Castilla y el Pizarro, son los dos disponibles en este momento) como civiles alquilados. Las tropas se concentrarán en Kuwait (donde el Ejército de EE UU cuenta con la base de Camp Doha), para desde allí ir pasando a Irak.
En Kuwait se almacena también el material con el que EE UU equipará a los tres batallones centroamericanos que, junto a las tropas españolas, completarán la brigada Plus Ultra. No habrá, por tanto, adiestramiento en España de los soldados centroamericanos, aunque algunos de ellos podrían hacer escala en territorio español para participar en conferencias sobre la misión o las normas de enfrentamiento (Roes).
El Consejo de Ministros debe aprobar mañana la participación española en la operación de estabilización de Irak, con un máximo de 1.300 efectivos. En principio, dicho acuerdo tendría una duración de seis meses renovables, pero está previsto que los contingentes se releven cada cuatro meses, como ya se hace en Afganistán.
Esta menor duración viene aconsejada tanto por la dureza de la misión como por la necesidad de evitar los permisos de 15 días que conllevan los turnos de seis meses, como en Bosnia y Kosovo, con el consiguiente traslado de los soldados a territorio nacional.
El transporte del personal no será el único apoyo que prestará EE UU a las tropas españolas. Washington se ha comprometido a dar apoyo sanitario a la división polaca, en la que se integrará la brigada Plus Ultra, y a mantener una unidad de helicópteros, así como a facilitar el carburante necesario.
No obstante, el contingente español contará con su propio hospital de campaña, así como con cuatro helicópteros Cougar de transporte, uno de ellos preparado para evacuaciones médicas. El objetivo es disponer de la máxima autonomía posible.
Uno de los mayores esfuerzos habrá que hacerlo en materia de transmisiones, ya que la brigada hispano-centroamericana no sólo deberá apoyar a la división polaca, sino que Irak queda fuera del alcance del satélite Hispasat, que habitualmente utiliza España para sus comunicaciones militares, por lo que habrá que recurrir a alquilar satélites comerciales.
Las tropas españolas aprovecharán parte de las instalaciones que actualmente utilizan los Marines aunque éstas, según los informes del primer equipo de reconocimiento que visitó la zona, tienen carácter provisional, mientras que las previsiones del Ministerio de Defensa, basándose en experiencias anteriores, apuntan a que la presencia española podría prolongarse durante años.
Mientras se acondicionan alojamientos, los soldados deberán pernoctar en tiendas de campaña, que carecen de aire acondicionado, con temperaturas que rozan los 50 grados.
Además de su aportación a la brigada, España tendrá 30 militares en el cuartel general de la división polaca. Otros cuatro oficiales -tres especialistas en Inteligencia y uno en Operaciones- se integrarán en el cuartel general de la coalición, en Bagdad, y tres más actuarán como enlaces en Kuwait, según informa Europa Press.
Llega el jefe polaco
El general Andrzej Tyszkiewicz, jefe de la división polaca en la que se integrará la brigada hispano-centroamericana, llegó ayer a la localidad de Al Hillah, a unos 80 kilómetros de Bagdad, donde tendrá su cuartel general. Un convoy con 230 soldados polacos, la mayoría expertos en logística, están en camino.
La llegada del general polaco coincidió con la difusión de una encuesta del diario Rzeczpospolita según la cual más del 90% de los polacos teme que sus tropas sufran bajas en Irak y el 58% cree que este riesgo es motivo suficiente para retirarlas.
De su lado, el administrador estadounidense en Irak, Paul Bremer, visitó ayer la ciudad santa chii de Najaf, en la futura zona bajo responsabilidad española, pero evitó reunirse con las autoridades religiosas, contrarias a la Administración de EE UU.
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