La mitad del capital privado está invertido en construcción residencial, según el BBVA
Desde 1995 se ha relanzado la inversión privada y se ha estancado la productividad
La mitad del capital privado acumulado en España (1,27 billones de euros en 2000), que representa el 80% del stock de capital total, está invertido en el sector residencial. Un estudio de la Fundación BBVA revela también cómo desde 1995 la inversión privada ha tomado un mayor protagonismo respecto a la pública, al tiempo que se ha estancado la productividad. El trabajo destaca que, en el periodo 1964-2000, el capital se ha multiplicado por cuatro. Los mayores crecimientos se registran en el litoral mediterráneo, archipiélagos, Madrid, Álava y La Rioja.
El estudio de la Fundación BBVA El stock de capital en España y su distribución territorial 1964-2000 muestra una economía fuertemente capitalizada, con crecimientos anuales acumulativos desde 1964 del 4,25% como promedio. Ese proceso global, "sin síntomas de agotamiento", ha afectado a todo el territorio y a todas las provincias, aunque de forma desigual, transformando el país en prácticamente una generación.
El proceso de acumulación de capital ha tenido dos ejes: el sector residencial en el sector privado (el 48% de la inversión privada se dirige a viviendas, hoteles, apartamentos) y las insfraestructuras del transporte en el sector público (suponen el 38,1% de la inversión pública total).
Inversiones
El capital privado predomina en la composición del capital total de la economía española, que, hasta 1995, registró un fuerte crecimiento del capital público (inversiones en carreteras, autopistas, aeropuertos, estructuras urbanas y educación). Desde ese año, sin embargo, los autores del estudio, Matilde Mas Ivars, Francisco Pérez García y Ezequiel Uriel, observan "un mayor protagonismo de la inversión privada" frente a la pública.
También desde 1995, el estudio detecta una cierta pérdida de productividad. Y ello es así porque, desde 1964, la dotación de capital por trabajador (un componente fundamental para mejorar la productividad) creció de forma sostenida.
Así, en 2000, a precios corrientes, la dotación de capital ascendía a 110.000 euros por persona ocupada. Sin embargo, desde 1995, la línea de crecimiento se ha aplanado. La razón: el fuerte crecimiento del empleo ha absorbido con creces el aumento del capital disponible. Resultado: una cierta pérdida de productividad de la economía.
Por comunidades autónomas y provincias, la intensidad en la mejora de la capitalización ha sido desigual, según el estudio. Las mayores tasas de crecimiento se han producido en los territorios situados en el litoral mediterráneo, en los archipiélagos, en Madrid y sus alrededores y en Álava y La Rioja. En Aragón, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Ceuta y Melilla, el protagonismo de la inversión pública fue superior al de otras comunidades. En el extremo opuesto, Baleares registró una mayor velocidad en la acumulación de capital privado.
Crecimiento y población
En general, la acumulación de capital fue más intensa en todos los territorios que el crecimiento registrado por la población. El cuadrante nororiental del país, concluyen los autores del trabajo, atrae con más facilidad el capital privado, mientras que los territorios más periféricos del centro-sur y oeste peninsular tienen más dificultades de atracción. Según el estudio, las provincias con menor capital público (Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Alicante y Málaga) son las más pobladas.
Por encima de la media en el ritmo de crecimiento del capital entre los años 1990 y 2000 (3%), se situaron las provincias de Melilla y Almería, seguidas de Navarra (4,15%) y Toledo (3,60%). En el otro extremo, Cáceres fue la provincia con menor crecimiento (1,29%), seguida de Asturias (1,49%), Tarragona (1,40%) y Vizcaya (1,75%).
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