Susto en los mercados de deuda
La confianza en una pronta mejora de la economía provoca la caída de los precios de los bonos
Los inversores en bonos han recibido esta semana un susto. La rentabilidad del bonos han pasado del 3,6% a rozar el 4%, provocando la lógica caída en el precio del bono. Los mercados de deuda han reaccionado a los primeros avisos de que a las economías sólo les queda mejorar. Pero los expertos creen que no hay que alarmarse: todavía faltan un par de años para subidas de tipos.
Los analistas explican el tropiezo de los mercados de deuda esta semana por un simple ajuste al desaparecer el temor a la deflación
La situación de debilidad económica y profunda caída de las bolsas ha trastocado todas las inversiones. Los bonos no han sido una excepción. Las continuas caídas de tipos de interés practicadas por la Reserva Federal estadounidense (Fed), que sitúa los tipos de intervención en el 1%, y las del Banco Central Europeo (BCE), que los colocan en el 2%, obedecen a la necesidad de reactivar unas economías muy debilitadas. El otro factor clave se encuentra en la crisis de la Bolsa, que ha llevado a muchos inversores a buscar el refugio de los tipos de la deuda.
Ambos factores han provocado que, al igual que los tipos de intervención, los de los bonos a 10, 15 o 30 años se encuentren también en mínimos históricos. Esta caída de tipos tiene su lógica económica con una inflación a la baja y con el temor, incluso, a una deflación de los precios. Asegurarse una rentabilidad del 3,5% a 10 años con un escenario de deflación es un buen negocio, aunque los tipos no hayan estado nunca tan bajos.
El presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, en su discurso pronunciado en mayo de este año, abrió la posibilidad a una deflación de las economías y los inversores se lanzaron a comprar bonos provocando que el de 10 años llegase a niveles inferiores al 3,5%.
Pues bien, el susto de esta semana se explica en que las expectativas económicas son ahora mejores que hace un mes. Ya no se habla de forma tan insistente de deflación, sino de una suave recuperación económica. Dando la vuelta al argumento, más crecimiento y más inflación exigirán tipos de interés más altos. Así, a sabiendas de que dentro de unas semanas -esto son expectativas- se va a poder adquirir un bono de más rentabilidad, parece lógico no comprar ahora y esperarse a ver si realmente los tipos suben y se obtiene una mayor ganancia.
Trasvase de dinero
También tiene su relación con la Bolsa. Si las economías van a mejorar, supondrá una subida de la Bolsa, y en Bolsa, aunque con más riesgo, se puede ganar más dinero que en la renta fija. Una última explicación del suave seísmo vivido esta semana en los mercados de bonos hay que buscarla en la necesidad de endeudarse que tienen economías como Alemania. El Tesoro alemán se ha encargado de anunciar emisiones de bonos más voluminosas y los inversores no han adquirido todo el papel que quería vender. La razón es similar a la del mercado: como tienes necesidad de financiarte, paga más caro y espero hasta la próxima subasta, donde el Tesoro tendrá que ser más generoso con los inversores.
Un movimiento típico de los inversores y los tesoros públicos. Si, por ejemplo, la tendencia de los tipos es a la baja, se lo quitan de las manos, pero si es al alza, es mejor esperar.
David Cano, socio responsable de Estrategia de Mercados de Analistas Financieros Internacionales (AFI), atribuye la fuerte caída de tipos que llevó al bono estadounidense desde el 3,9% hasta el 3,1%, se explica en las declaraciones de Greenspan del pasado mayo donde apuntaba el miedo a la deflación. "Ahora hay una mayor confianza en la recuperación de la economía, y se ha producido una sobrerreacción del mercado de deuda a corto plazo. Desde mi punto de vista, únicamente se ha corregido el exceso de la caída de tipos que se produjo por el anuncio de deflación, explica. El bono a 10 años estadounidense marcó su última cotización en la semana en el 3,65%, medio punto por encima de sus mínimos.
Antonio Villaroya, analista de Renta Fija de Merrill Lynch, también descarta hablar de burbuja en el mercado de bonos, aunque reconoce que este mercado se ha beneficiado del mal momento de la Bolsa. "La tendencia de la inflación en las economías continúa siendo bajista. Los tipos de interés van a tardar en subir y prevemos que se produzca para finales de 2004. Entretanto, puede haber nuevas caídas de tipos en Europa, y el pasado viernes en Suecia se producía un descenso del precio del dinero de un cuarto de punto hasta situarlos en el 2,75%".
"Estados Unidos va a crecer el 3% en el tercer trimestre por medidas coyunturales (rebajas fiscales y refinanciación de hipotecas) que no tendrán continuidad. Alemania va a crecer realmente el 1% en tres años. No es un escenario para subida de tipos de interés y, por tanto, no habrá efectos importantes en los mercados de bonos", explica Villaroya, que añade: "Alemania no ha colocado toda la deuda en la subasta porque no ha querido; era tan fácil como subir la rentabilidad al bono. En Japón, las subidas se justifican en que la autoridad económica ya los consideraba demasiado bajos", concluye.
Los bonos acumulan una ganancia media del 4,62%
En la sesión del pasado viernes, la situación volvió a la normalidad y el tipo del bono a 10 años en España se situó en el 3,95%, cuatro centésimas por debajo de la sesión precedente, donde se acercó al que ahora parece calificarse como peligroso 4%.
Al margen de los episodios vividos en la semana, los mercados de deuda acumulan en el ejercicio una ganancia interesante que también puede servir de colchón a posibles depreciaciones si se vuelve a una senda de subida de tipos y, por tanto, de pérdida de valor en el precio de los bonos. En el caso de la deuda española, de acuerdo con los índices AFI, la ganancia media se sitúa en el 4,62% por ese efecto de apreciación del valor del bono, después de que los tipos no hayan hecho otra cosa que caer a lo largo del ejercicio.
A principio del año, el bono a 10 años ofrecía un tipo del 4,11% y ha tocado su mínimo en el 3,53% para cerrar el viernes al 3,95%. Con esta caída de su rentabilidad, el precio de este activo ha ofrecido a los ahorradores una ganancia en lo que va de año del 5,28%.
La referencia de 15 años ha registrado aún mayor ganancia acumulada con el 5,52%. Unos datos que apuntan a que la deuda en sus distintas referencias ha sido un buen negocio para los inversores. Eso sí, la subida semestral del mercado bursátil español (13,67%) es muy posible que haya puesto nerviosos a los inversores en deuda que ahora con una Bolsa a la baja quieren participar del festín.
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