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El PSOE reafirma a Zapatero como candidato

Los principales dirigentes del partido han salido en defensa del secretario general ante los síntomas de crisis

Anabel Díez

José Luis Rodríguez Zapatero se acercaba al tercer aniversario de su elección como secretario general del PSOE, el próximo 22 de julio, dentro de 15 días, razonablemente satisfecho. El resultado de las elecciones municipales y autonómicas del pasado 25 de mayo estuvo por debajo de sus expectativas, pero esos 160.000 votos a favor del PSOE de diferencia con el PP y, por tanto, su primera victoria en número de votos en diez años, le parecía un buen punto de partida para afrontar las elecciones generales. Pero dos diputados electos en las listas del PSOE de la Comunidad de Madrid, Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez, con su fuga de la disciplina de voto, han truncado la asunción de la presidencia madrileña a Rafael Simancas, y todas las estructuras del PSOE se han conmovido. Desánimo y desasosiego son los dos términos que más se repiten en las federaciones socialistas para describir la situación. Ahora bien, en público y en privado, los dirigentes socialistas de las principales federaciones del PSOE afirman con contundencia que el liderazgo de Zapatero no está tocado, no se discute y será el candidato a la presidencia del Gobierno en 2004. Los barones se lo han expresado personal y discretamente después de esta crisis. "No hubiera hecho falta que me lo expresaran personalmente, aunque lo han hecho, porque se nota, he notado el apoyo libre y sin miedo", ha dicho Zapatero a sus colaboradores.

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¿Es necesario reafirmar el liderazgo de Zapatero y asegurar que será el candidato en marzo de 2004? Al parecer sí, porque los barones del PSOE así lo han hecho. Y no sólo le han dado su apoyo personalmente. También, y esto es quizá lo más relevante, han hecho saber a sus federaciones, y por tanto a sus cuadros medios y militantes, que a Zapatero no se le cuestiona por la crisis de Madrid.

El ataque de Aznar

La cuestión del liderazgo de Zapatero es fundamental para el PP. Así lo prueba el hecho de que tanto su presidente, José María Aznar, como los demás dirigentes del partido del Gobierno hayan intentado morder por ahí al PSOE. "No hay liderazgo, ni proyecto, ni alternativa", ha sido el estribillo permanente del PP desde el 10 de junio, cuando se desató la crisis madrileña y, por extensión, el abatimiento en el PSOE. Pero fue el presidente del Gobierno, José María Aznar, el que se recreó en esta tesis de la debilidad del candidato socialista.

"Yo no voy a ser candidato a las próximas elecciones generales a la Presidencia del Gobierno. Lo que no sé es si usted lo va a ser; es seguro que yo no lo voy a ser, lo que no sé es si usted lo será".. Y así hasta cuatro veces seguidas se manifestó José María Aznar el pasado lunes en el debate del estado de la nación. Y volvió a la carga unos minutos después con otra letra pero con la misma música. "Empiece por regenerar su partido porque si no lo hace pronto y rápido hay algunos que tienen ganas de regenerarle a usted antes de tiempo". Y remachó pasadas un par de comentarios previos. "Yo creo que usted ataca al Gobierno para que no le ataquen a usted demasiado en su partido".

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Los socialistas acogían esos comentarios con abucheos y se enfadaron mucho cuando desde las filas del PP se acompañaban los comentarios de su presidente con el grito de "Bono, Bono". La referencia al presidente de Castilla-La Mancha, José Bono, cada vez que surge un problema en el PSOE, es permanente, como recordatorio de que Zapatero le venció sólo por 9 votos. Bono asegura que ya no sabe cómo decir que no tiene aspiraciones y que en ese congreso de hace tres años "ganó el mejor: Zapatero".

El secretario general de los socialistas castellano-manchegos, José María Barreda, seguro vicepresidente en el gobierno de Bono, un cargo que ya ha ocupado, y miembro de la ejecutiva federal del PSOE, ha sido un baluarte decisivo estos días en su propia federación para dejar claro ante los militantes de esa comunidad que José Luis Rodríguez Zapatero es el líder del PSOE, es el candidato de todos los socialistas a la presidencia del Gobierno y tiene en José Bono y en la federación de Castilla-La Mancha su principal apoyo. Zapatero, por su parte, ha asegurado insistentemente que no tiene la menor duda del apoyo y afecto de José Bono, al que agradece su actitud desde ese congreso.

Blanco, "víctima"

Manuel Chaves, presidente del PSOE y de la Junta de Andalucía, se ha convertido igualmente en un referente moral y de autoridad para todos los socialistas y para la ejecutiva federal. Zapatero tiene en él la máxima confianza y en estos días la comunicación ha sido continua. Dirigentes provinciales andaluces aseguran que Chaves ha transmitido el apoyo absoluto a Zapatero. Y lo mismo ha hecho el presidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, que ha defendido no sólo a Zapatero sino también al secretario de organización, José Blanco, al que ha considerado "víctima" de esta situación.

Ánimo y apoyo es lo que han transmitido a Zapatero el presidente aragonés, Marcelino Iglesias, el asturiano Vicente Álvarez Areces, el presidente del PSC, Pasqual Maragall y el primer secretario de ese partido, José Montilla, el balear Francesc Antich, y el gallego Emilio Pérez Touriño. Pero este último, así como el ex secretario general del PSOE Joaquín Almunia, han puesto el énfasis en la necesidad de asumir responsabilidades políticas, quizá muy en línea con lo que piensan muchos votantes de la izquierda.

Ahora bien, a medida que pasan los días, la mayoría de los dirigentes consultados, y desde luego el propio Zapatero y su ejecutiva, traducen esa asunción de responsabilidades en "la mejora y perfeccionamiento de los controles en la elaboración de las candidaturas". A la pregunta de qué responsabilidades va a asumir la ejecutiva federal o regional madrileña, la respuesta en dirigentes nuevos, veteranos y de todas las familias es que no es momento de juntar la "crítica del adversario y la autocrítica".

Otros más expresivos señalan que "a la fiera le das la mano y quiere el corazón". Y, además, "cada cabeza que se entregue Zapatero queda más al descubierto", señala un dirigente andaluz. "Zapatero es el candidato y tiene que estar blindado por su partido", señala con un secretario regional haciendo gala de lo que llaman en su jerga interna patriotismo de partido.

De izquierda a derecha: Chaves, Zapatero, Iglesias, Bono y Simancas, en una fotografía de archivo.
De izquierda a derecha: Chaves, Zapatero, Iglesias, Bono y Simancas, en una fotografía de archivo.SANTI BURGOS

"No todo está perdido"

"No hay que volver a empezar porque no se ha perdido el tiempo y no todo está perdido". Esta reflexión de un dirigente regional es el colofón de cierto lamento, porque desde el 10 de junio se ha detenido la ofensiva del PSOE y, singularmente de Zapatero, para presentar a la sociedad "alternativa, proyecto y equipo". Hace un mes se hablaba con soltura en el PSOE de la posibilidad de ganar en 2004. Ahora nadie se atreve a decirlo porque reconocen que el electorado y el partido están "desasosegados" ante la perspectiva de no ganar. Los dirigentes territoriales son los que aportan algo de serenidad y recuerdan que en 2000 perdieron de forma muy abrumadora y que es mucho lo que se ha recuperado "gracias a Zapatero, que ha unido al partido". La forma en la que "aguantó" el duro ataque el presidente del Gobierno, José María Aznar, no es decisivo para el futuro pero sí resultaba imprescindible, habida cuenta de que el PP pretendía que cayera "fulminado", según los términos tremendistas que utilizan estos días los políticos. "El leonés ha demostrado que tiene fuste", señala un dirigente andaluz, que, a la pregunta de si está en entredicho el liderazgo de Zapatero, responde: "Lo que no puede ser no puede ser y además es imposible". Un valenciano, además, invoca "el afecto" que la militancia siente por Zapatero. En el PSC se proclama: "Los catalanes fuimos de los primeros en apoyar a José Luis y así será hasta el final, que queremos que sea en La Moncloa". ¿Y si pierde en 2004? A esta pregunta todos responden casi igual: "Depende por cuánto".

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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